viernes, 27 de agosto de 2010

Misión de PAZ




   La casa esta revuelta, en el recibidor se amontonan los bultos de color caqui , no ha dormido, son las 4,20, han dormido aquí sus suegros. Aun con todo anoche aunque eran más de las 12 cuando se acostaron quisieron hacer el amor como si les fuera la vida en ello, iban a estar sin verse, sin tocarse, sin olerse algo más de tres meses, les dieron más tiempo a las caricias los besos, a estar abrazados en silencio, hacía tiempo que no disfrutaban tanto de ese momento, y les dio igual que sus suegros estuvieran durmiendo en el salón,(eso siempre les cortaba un poco el rollo) él al final se durmió un rato.

   Se ha tomado el café pero no ha querido comer nada tiene el estomago…”levantao” quiere infundir tranquilidad, a ella no le entra ni el café, su suegra está nerviosa, quiere ponerse a recoger las camas del salón pero le dice que lo deje, que en media hora se irá y deben acostarse al menos un rato mas.

   Ayer bajó al trastero, tenía una misión aquí antes de irse, aunque está terminando el mes de septiembre se han adelantado y le han comprado a Ana, la casa de muñecas que quiere para Reyes, es una casa inmensa de tres plantas, azul con el tejado en blanco, le han comprado lámparas para cada habitación pero…hay que instalarlas para que luzcan y que la noche de Reyes Anita vea su casa iluminada, porque papá aun no habrá vuelto y mamá de eso ni idea.

   Ahí está el taxi, su compañero se baja para fumarse un cigarro mientras espera, ha llegado el momento. Se acerca a la habitación de Ana, duerme plácidamente, pone un beso en su mejilla y ella abre los ojos y rodea el cuello de su padre con sus bracitos, la arropa y ella sigue durmiendo, en el cuarto de Nachete la tenue luz de la mesita de noche (no le gusta dormir con la luz apagada) ilumina la estancia, se acerca a darle un beso y se tropieza con el “Actionman” vestido de guerrillero con el que Nacho se duerme últimamente, se le ha caído de la cama, lo pone entre sus brazos y le da un beso pero Nacho es de esos que cuando duerme, duerme.

   Se despide de él en la puerta, los bultos ya están cargados en el taxi, le acompaña solo una mochila de mano, cuatro cosas dentro, un mp3, una muda, dos sandwich, una manzana, un reproductor de fotos y besos muchos besos, también los abrazos y buenos deseos de nuestros amigos que le hicieron una bonita despedida y por supuesto una medalla de la Inmaculada que su madre le metió a última hora porque eso de llevar cosas colgadas en el cuello no lo soporta.

-En cuanto pueda te llamo

-Sí, no tardes estaré esperando pero no me llames en el horario de dejar y recoger a los niños en el cole porque me muero si veo que me has dejado un mensaje en el contestador y no he podido hablar contigo.

-Tú no te preocupes ahora las comunicaciones están mejor y podre llamarte mas, no será como cuando en Sarajevo nos tirábamos un mes sin hablar, ahora es distinto.

   Es su segunda misión. La primera fue en los Balcanes y vino un poco ”tocado” impresionado por lo que allí vio y vivió. Ahora aunque la experiencia siempre es un grado…Afganistán no es lo mismo.

   MISIÓN DE PAZ… ¿a qué misión de paz se va armado hasta los dientes? ¿por qué no se pueden mover si no es en vehículos blindados que en muchas ocasiones saltan por los aires? ¿por qué no pueden moverse de la base? ¿por qué teniendo posibilidades no les dejan ayudar a la población civil?. A través de los telediarios sabemos lo que pasa allí…no, solo nos cuentan la mitad, sabemos que ante semejantes terroristas nuestros hombres están vendidos en la base España, sabemos que el blindaje de nuestros carros no es suficiente para protegerlos sabemos que si estos kamikazes quieren…

   Tres días después llego esa llamada tan esperada, Ana y Nacho hablaron con papá, fue un poco caótico por el retorno de la llamada, hablaban sin parar y su padre no se enteraba de nada, por más que ella les decía que escucharan y luego hablaran…fue misión imposible, luego ella le tradujo todo lo que ellos habían querido contarle, notó preocupación en su voz pero sus palabras solo le aportaban tranquilidad, ella pensó que se debía el retorno, le dijo que no hiciera caso de lo que veía en la tele, que ellos también veían las noticias del canal internacional y que en verdad allí las cosas no estaban tan mal.

-¿Cuándo me podrás volver a llamar?

-No se pero quizás el fin de semana tenga ocasión

-Pues mira yo ahora llamo a tu madre y le cuento, pero si quieres llámale a ella el fin de semana y la semana que viene hablamos.

Él lo agradeció.

   Los días pasaban lentos, después de dejar a los niños en el cole, tomaba café con sus amigas, hacia por distraerse, los primeros días los había pasado pegada a la tele a las noticias internacionales, pero apenas le dedicaban un momento a lo que llegaba de Afganistán, hoy otra vez la ministra Chacón hablaba de la misión de PAZ y de nuestras tropas pero como siempre diciendo tonterías, se ponía enferma cada vez que oía llamar misión de paz a la GUERRA en Afganistán y así un día tras otro. Hablaban casi todas las semanas, “mañana le contaré mis compras para Reyes, lo de Nachete casi lo tengo todo pero como siempre a última hora se le ocurre algo mas, ha visto el blindado de “Action man” en la tele y esta como loco, ya veremos si lo encuentro queda solo una semana para Navidad” estaba en esos pensamientos mientas freía las croquetas, Nacho ya estaba bañado y con el pijama puesto mientras Ana permanecía en su cuarto acabando la redacción que le corregiría después…sonó el timbre, eran las 8,30 de una fría tarde de diciembre, era Mónica su semblante era el de alguien a quien a atropellado un coche, sus ojos habían derramado litros y litros estaban tremendamente hinchados, le preguntó dónde estaban los niños, ella empezó a temblar, sus maridos habían partido juntos a aquella misión de PAZ, alguien subía las escaleras precipitadamente, Mónica cogió a los niños y tiró de ellos hacia su casa escaleras arriba y en el rellano aparecieron dos compañeros y uno de sus mejores amigos, uno de ellos no estaba en Afganistán a consecuencia de un esguince de ultima hora. Bastó con mirarlos todavía atónita por la visita de Mónica y todo se volvió negro…muy negro, se desplomó.

   Los días siguientes los paso en una nube, la llevaban de un sitio a otro, firmaba documentos sin saber lo que firmaba, había visto a Chacón, a Rubalcaba, a los príncipes de Asturias los había visto pasar ante ella, decirle cuanto lo sentían y no había sentido nada, solo pensaba en sus hijos, en lo truncadas que se habían visto sus vidas, la de su marido, la de ella, no lloró en el funeral, su marido había jurado dar la vida por su país por su España, y se lo había arrebatado una guerra, no una MISIÓN DE PAZ, una puta guerra que ni  siquiera era su guerra.

miércoles, 25 de agosto de 2010

PEREZA

Pereza.
¿Quién eres pereza? Quien eres que me embargas cuando pienso en ella, en su soledad en las ganas que tiene de hablar y contarme todo cuanto le duele, todo cuanto le pasa, en contarme lo que le ha hecho su hermana (un poco aturdida por la edad)en contarme paso a paso hasta lo que metió ayer en el carro de Mercadona, en contarme lo que decían ayer en la peluquería cuando fue a darse ese rubio ceniza que lleva dándose los últimos 40 años y que según lo cuenta parece que lo fabricaron ayer para ella, en repetirme historias que ya me ha contado una y otra vez…
-Hola mami!!
-Hola hija ¿Qué tal? llevo tantos días sin saber de ti…
-Mama hable contigo el sábado, es lunes…
-pues pensé que estarías mal y por eso no me llamabas
-No mama simplemente he tenido cosas que hacer, vinieron unos amigos…
-Hay que ver cómo te lo pasas
-…(mejor no digo nada porque esto me cabrea)
-Pues hija, yo no estoy bien porque esto no me deja de doler…yo creo que cuando llegas a cierta edad como te duele todo los médicos no te hacen ni caso(y entonces empieza a llorar)
-Vamos a ver mama, eso que dices es una tontería, mas vigilada que tu no está nadie, te ven todos los especialistas en las fechas indicadas, cardiólogo, internista, oftalmólogo, dermatólogo, ahora un traumatólogo porque te duele la espalda, y este año te he llevado hasta a un ginecólogo que no lo visitabas desde hace 42 años y que te preguntó que si venias a la revisión postparto…
Entonces cambia de tema…creo que la he acorralado
-Pues ha venido tu hermana, claro es que esos niños revuelven mucho y no los puedes tener aquí todo el día, hay que sacarlos, pero la pobre tenía que ir a hacer cosas y con ellos no termina nunca
-Ya pues yo…
-Ah además bla,bla,bla,bla….(ya no la escucho)
-Pues mira…
-Ah pero es que…bla,bla,bla,bla…
Ya veo que no podre decir nada más, así que me dispongo a cortar.
-Bueno mama te dejo que se me quema el pisto…
-Ah pero no te he dicho bla,bla,bla…
Media hora después…
-Si si me lo has dicho
Hay por Dios huele a quemado¡¡¡el pisto!!!
-Hay hija cuanto lo siento, de verdad, pues habérmelo dicho mujer que yo me pongo a hablar…te dejo
-Adiós mami un besito.
¡¡¡Uffffff!!!Me deja agotada, quería haberle dicho que el niño ha aprobado las mates, que la niña quiere pintar su cuarto de color frambuesa…pero sobre todo quería haberle dicho que la quiero, que se cuide, que tengo ganas de verla (la vi la semana pasada)que ha sido una madre y padre coraje que ha sacado sola a sus niños adelante porque una terrible enfermedad se llevo a mi padre cuando ella apenas había dejado de ser niña para ser madre, que lo ha hecho todo sola en la vida y ha sido inmensamente fuerte, que no se puede acobardar por nimiedades, pero sobre todo haberle dicho que la quiero, con mayúsculas, que la quiero mucho, que quiero abrazarla, mimarla…y eso se ha quedado en el tintero, quizás mañana pueda decírselo pero…me da pereza, muuuucha pereza llamarla y volver a colgar el teléfono una hora después sin haber tenido ocasión casi de abrir la boca
Riiiinnggggg Riiiinnnggg
-¿Dime?
-¿Has podido salvar algo del pisto?
-Bueno sabe un poco per…..
-Pues si lo pones con la sarten…bla,bla,bla…

martes, 17 de agosto de 2010

"Historias para no dormir"
Este jueves un relato




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LATIDOS

En verano los turnos de guardia en este Hospital son más tranquilos, sobre todo en Agosto, algunas plantas están parcialmente cerradas, con mantener unas pocas habitaciones es suficiente, hay pacientes que son trasladados a otras plantas y así pueden cerrar en su totalidad la planta en la que se encuentran ahora (se ahorran contratos de personal para cubrir vacaciones)en fin, es un poco caótico pero a lo que iba ,la UVI está al cien por cien de personal porque nunca se sabe lo que puede venir ,estábamos algo aburridos cuidando camas vacías, solo estaba Quino un chaval que se recuperaba de un accidente de moto pero pronto lo subirían a planta, las noches que nosotros llamamos tranquilas traemos picoteo, palomitas y vemos alguna “peli” que alguien se trae en un “pen”, hacemos un buen equipo y nos llevamos bien, hoy ponían ”La señal”, joder me pone los pelos de punta aunque la hayamos visto tres veces, luego mandas a la auxiliar a llevar la muestra de sangre que le acabamos de extraer a Quino al laboratorio que está a la otra punta y tiene que atravesar unos cuantos pasillos vacios iluminados solo con las luces de emergencia, todo son sombras, todo son ruidos así que Laura y yo decidimos acompañarla, Laura es la otra enfermera (en las guardias con ella siempre te lo pasas bien), se le ocurrió que podíamos gastarles una broma, llamar desde el laboratorio y al que lo cogiera decirle con voz de ultratumba ”quedan…siete…días” como en la “peli” que estaban viendo. Atravesamos los pasillos, las escaleras y el sótano casi corriendo entre respingos y sobresaltos, oíamos el latir de nuestros corazones en el silencio de la noche, como explicar que esa sensación de pánico producía dentro de mí un placer inusitado que no podía entender, lo notaba en el fondo del estómago y me producía cosquillas.
Dejamos la muestra de sangre y dijimos que llamaran a la UVI en cuanto tuvieran el resultado. En el laboratorio hay bastante movimiento aunque sea el mes de Agosto, la plantilla está casi al completo y aun así no paran, todos pedimos los resultados para ¡¡YA!! Dos de los teléfonos estaban ocupados y no nos pareció oportuno entretenerles con nuestro juego. Salimos de allí, Laura con su risita nerviosa que aun no se le había pasado, Pilar aun sobrecogida por el miedo y yo con esa sensación extraña acompañada de angustia miedo…no sé.
Decidimos coger por otro camino a la vuelta, algo más largo pero en teoría más transitado, lo que venimos a llamar el ala norte del hospital, y si digo “en teoría” es porque nos encontramos más de lo mismo…nadie. Atravesamos por la planta superior en vez de ir por los sótanos, saludamos a una enfermera que andaba con una auxiliar por el pasillo de cardio, (esta planta casi siempre está llena) eran ya las tres y media, creo que se extrañaron de vernos por allí, les deseamos buena noche y sentimos que se volvían a mirarnos cuando abrimos la puerta que da acceso a la escalera, subimos dos plantas más, al empujar la barra de la puerta esta no se abría, subimos otra planta y estaba candada con una cadena, el miedo volvía a hacer presa en nosotras, Laura se reía y le caían lagrimones jajaja le pasa eso siempre cuando se ríe, Pilar decía que ya no tenía ganas de tonterías que por favor nos fuéramos de allí, el siguiente tramo de escaleras llevaba a otra puerta que nos sorprendió encontrar abierta, en realidad no teníamos claro donde estábamos, en este Hospital como sobrepases los limites te pierdes, hay sitios en el, de los que has oído hablar pero nunca has estado en ellos, era una planta vacía, no había nadie, solo la oscuridad de la noche, sin luces de emergencia ni nada de eso, ahora entiendo porque los “seguratas” de la noche van con su linterna. Habíamos subido varias plantas del “ala norte” y una inmensa luna casi redonda iluminaba suficientemente el pasillo, (podría decirse que había más luz que en los sótanos a pesar de eso que llaman luces de emergencia) agarradas del brazo cruzamos el pasillo, Laura gritó y reprendió a Pilar que le estaba clavando las uñas en el brazo, la sensación de miedo, angustia, ansiedad y placer se mezclaban en mi estomago, decidí que dejaran de discutir:
-¡¡callar!! ¿Habéis oído?...
L-No coño, ¿Qué pasa?
P-¿Qué habéis oído? joder no me asustéis…
No había nada que oír, quería…crear un poco de ambiente pero…la puerta por donde habíamos accedido se cerró de un portazo, volvimos hacia atrás en una carrera presas del pánico, (yo también, ya no tenía ganas de jueguecitos) y la puerta estaba cerrada, ¿se habría quedado encajada? ¿Habrá sido una corriente? todas las ventanas del pasillo estaban cerradas así que no sé de donde la corriente pero no dije nada, propuse atravesar el pasillo lo antes posible pero con tranquilidad, si la orientación no me fallaba, íbamos en buena dirección y encontraríamos por donde bajar, un pasillo nos llevo a otro, igual de silencioso, igualmente iluminado por la luna, al fondo una doble puerta automática pero estaba abierta, menos mal que la falta de corriente no la había dejado cerrada, un pequeño espacio entre esa puerta y la siguiente que era de esas que se abren al empujón hacia cualquiera de los lados, en ese espacio dos cestillos, en el de “lo sucio “aun había algunas calzas algún gorro y mascarillas todo ello desechable y usado, sobre el cesto de lo limpio, que estaba vacío, colgaba una bata, sucia y con sangre seca , Laura tuvo la “delicadeza” de cogerla con la punta de su boli para mostrárnosla ¡¡deja eso que asco!! Le reprendí y ella con su risa nerviosa la soltó. Empujamos la puerta, estaba claro que entrabamos en un quirófano no utilizado desde hacía mucho, mucho tiempo, sobre la mesa aun cubierta por una sabana verde y arrugada suspendidas las dos inmensas lámparas, a la cabecera de la mesa estaba aun el carro de anestesia, pensé que seguramente estropeado porque con lo carísimos que son, no lo van a dejar ahí si no se utiliza este quirófano. ..Pero…algo mas llamo nuestra atención en el lateral bajo las ventanas tras las cuales ya no se veía la luna, (se había escondido casi totalmente detrás de la torre hacia la cual nos dirigíamos) pero entraba claridad, ahí estaba la mesa auxiliar, un poco revuelta pero había instrumental sobre ella, había paños de campo bien doblados, suturas, algunas pinzas con sangre reseca, una capsula (algo parecido a un bol) que había contenido algún liquido, posiblemente suero pero también estaba seco. Sin perder de vista el miedo, mirábamos nuestro alrededor hipnotizadas por la curiosidad, Pilar no se separaba de mi, si me clavaba las uñas no llegue a notarlo y cuando mas absortas nos encontrábamos sonó el pitido agudo del carro de anestesia, gritamos al unísono, nuestro grito nos lo devolvió el eco, Pilar y yo miramos a Laura que estaba al otro lado de la sala como si la culpáramos de una trastada, el bronceado que había traído de sus vacaciones había desaparecido, estaba blanca como el mismísimo alicatado del quirófano y se tapaba la boca con las manos como queriendo ahogar su grito, no nos miraba, miraba fijamente el carro de anestesia y sus inmensos ojos azules permanecían abiertos, tan grandes como nunca los había visto, el pitido había cesado pero miles de lucecitas se habían encendido en el carro de anestesia y parpadeaban, nos acercamos a ella dije que iba a desenchufar el carro y Laura me recordó que no había corriente, aun así fui al cuadro de enchufes donde se conectan varios aparatos del quirófano al mismo tiempo y el monitor arranco un pitido continuo incesante que te taladra los oídos y que todos en esta profesión odiamos escuchar, es ese sonido que te anuncia que se acabo, que no hay latido, en la pantalla del monitor aparecía una línea verde, continua, ahí no había a quien practicarle maniobras de resucitación, no había a quien reanimar solo nosotras y un inmenso frio que nos helo la sangre, aun así seguí mi instinto fui a desenchufar el monitor, pero…no estaba enchufado, no dije nada, fue cuestión de segundos el pitido agudo del monitor se transformo en un latido, al principio desacompasado, estábamos paralizadas tiritando no sé si de frio o de miedo, el latido se hizo rítmico y constante, mas rítmico que el nuestro que parecía el latido de auténticos caballos de carreras, apenas pude balbucear que nos fuéramos de allí, el vaho que salió de entre mis labios hizo más evidente aun el frio de la estancia, nos dirigimos corriendo hacia la puerta abatible no sé quien de las tres la empujo, ahora si parecíamos caballos de carreras y nos quedamos allí la puerta de apertura eléctrica estaba cerrada ¡¡¡¡Diosssss!!!! Si estaba abierta y no hay corriente a nuestra espalda seguíamos escuchando el latido del monitor, no quisimos mirar por si estaba allí su “propietari@”empujamos la puerta, nada, nadie quería retroceder para hacerse con algo que sirviera de palanca, el miedo nos atenazaba, el frio…por Dios, estábamos en Agosto, Laura hacía rato que había dejado de reírse y Pilar estaba muda, encogida, no sé el tiempo que pasó pero se me hizo eterno, el latido del monitor cesó y la puerta automática se abrió, sin mirar atrás, salimos de allí corriendo, casi empujándonos, recorrimos el mismo pasillo que nos había llevado hasta allí, luego el otro, la puerta que daba a la escalera y que se había cerrado de un portazo estaba abierta de par en par como la habíamos encontrado antes de adentrarnos en el ala norte pero ni nos dimos cuenta, bajamos y bajamos tramos de escaleras no sabíamos donde parar, Laura había perdido un zueco pero no sabía dónde ni tampoco le importaba, atravesamos pasillos y pasillos de los sótanos, no nos preocupo la media luz y el silencio que reinaba en ellos, subimos una planta y la luz se hizo, estábamos en la entrada principal, muchas fueron las ganas de salir a la calle a respirar, a seguir corriendo. El de seguridad de la puerta nos miro con asombro, claro que Laura iba descalza con el zueco que le quedaba en la mano, unos pasos más una escalera y por fin la UVI cualquiera podría pensar que nos sentíamos en casa.
Los dos médicos se habían acostado después de recibir el resultado de la analítica de Quino, todo estaba bien, Eva (la otra auxiliar con la que he coincidido en menos ocasiones) estaba con ojillos de haber dormitado estaba arreglando la cama de Quino le había puesto el termómetro y se disponía a anotar la diuresis, levanto la mirada y dijo que donde nos habíamos metido, que eran casi las 8 de la mañana, Pilar fue la única que se dispuso a contestar, como si nada hubiera pasado le dijo que habíamos estado en la puerta del Hospital con el “segurata” y fumando algún cigarro de gorra, Laura y yo la miramos con gesto interrogante y solo dijo…mejor así.
Después dimos el relevo al turno de mañana y bajamos a cambiarnos ¡¡por fin a casa!! La noche había sido larga
-¿te has dado cuenta de todo el tiempo que nos hemos ausentado? Un montón de horas
L-Ya, no se pero a mí no me había parecido tanto.
Yo esperaba que me dijera algo más pero estaba con la puerta de la taquilla abierta y miraba absorta dentro…mira, me dijo, y allí dentro de la taquilla a la que le acababa de abrir el candado…estaba el zueco que había perdido en algún lugar del “ala norte”…


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jueves, 12 de agosto de 2010

Tauromaquia
Convocatoria literaria "Este jueves un relato"



Víctor.-Son las cuatro y media Samu, acompáñame a la plaza
Samuel.-No tío ya te he dicho que yo pa pasar un mal rato no voy, prefiero irme a ver como preparan el escenario pal concierto de esta noche.
-venga joe, si encima te invito yo, no te cuesta ni un puto euro
-¿Vas a pagar para que se rellenen unos cuantos el bolsillo y otros la taleguilla? porque ahí no hay cojones, se la rellenan de pasta de los que como tu pagáis por ver esta masacre, ya sabes que no soporto esa tortura, que no aguanto la agonía de esos animales, que no tío, que paso.
-tú sabes que tampoco a mí me gusta eso, que también a mí me gusta más ver a esos bichos en la dehesa.
-¿entonces?... ¿qué pasa? … ¿no me digas que vuelve?
-…si…ha vuelto, esta mañana he visto a su mozo de espadas, están en el hotel junto a la iglesia.
El silencio parecía no terminarse nunca, Víctor miraba al suelo mientras jugueteaba nervioso con una piedra casi redonda entre sus desgastadas y sucias zapatillas, Samuel lo miraba desde sus ojos castaños, grandes, redondos…era un buen chico (así lo definían las chicas que no apreciaban en el cualidades físicas que tener en cuenta)
Samuel rompió el silencio.
- ¿Lo has visto?
-No aun no, ha pasado mucho tiempo, fue bonito mientras duro.
-¿Se lo contaste a alguien?
- No ya sabes que durante mucho tiempo fui la comidilla del pueblo, primero que si maricón, que bujarra, que trucha, me oí de todo, luego que si cornudo, me llovió por todas partes, sólo tú, amigo, estabas a mi lado a pesar de que no falto quien te confundiera y te dijeran que si hacía calor en el armario, aguantaste el tirón decías entonces que después de la tempestad viene la calma y ahora…de nuevo la tempestad, ahora que el tiempo que todo cura estaba cerrando las heridas…ahora está aquí y…quiero verlo.
-Tú estas tonto Víctor, esto es un pueblo, no vayas a la plaza tío, después de darte aquella cornada se fue sin más, sin explicaciones, sin disculpas, se fue y ya está, creí que estaba ya cerrado ese capitulo
-No Samu, contigo o sin ti tengo que ir, ahora han pasado tres años, quizás ahora tenga algo que decirme, me llamó cuando iba a tomar la alternativa y no le conteste, aún me dolía mucho.
-No puedo Víctor, ¡¡maldita fiesta!! A mí no me quedan ganas de bailoteo después de ver a esos animales vomitar sus tripas, de verdad no puedo, si quieres vengo a recogerte después pero sigue pareciéndome una estupidez.
-¿Sabes? yo creo que fui importante, que signifique algo.
-No tío para esta gente nadie es importante, ellos son los importantes, los valientes, los machos que se visten de lentejuelas, de luces, de medias de color rosa y manoletillas o manoletinas o como coño se llamen y no me digas que esa vestimenta no tiene mucho de mariconismo.
-Jajaja será de mariconada.
-Bueno pues de mariconada pero al menos te he hecho reír ¿ves?
-Bueno entonces ¿vienes o qué?
Hacía mucho calor para estar ya en Septiembre, en Santa Maria de la Alameda la tarde caía pesada, las primeras hojas del otoño caían sobre la alameda y a lo lejos se oían los clarines del cambio de tercio, Víctor se veía nervioso, la excitación se notaba en sus grandes ojos negros e inquietos, tenía ya veintitrés años pero seguía pareciendo un niño, delgado, alto, su abuela decía que escuchimizado, el brillante pelo negro caía despeinado sobre su frente casi tapándole los ojos , levantó la mirada esperando una respuesta de Samuel y este negó con la cabeza. Víctor pego una furiosa patada a la piedra con la que había estado jugueteando y salió malhumorado hacia la plaza de toros prefabricada que montaban todos los años para las fiestas. Samuel le grito que luego vendría a buscarlo pero Víctor no se volvió.
Cuando Víctor llegó a la plaza se habían lidiado ya tres toros, se había entretenido demasiado en su tertulia con Samuel, estaba allí más de medio pueblo, no quería dejarse ver demasiado ni mucho menos preguntar, estaban con el tercio de varas del cuarto toro de la tarde, Samuel también se ponía malo con este espectáculo, se le revolvían las tripas, la bravura de aquel toro se vería mermada en poco tiempo le daba asco, algo le subía desde el estómago, fue entonces cuando lo vio, salió y pisando con soltura el anaranjado albero miro al tendido…quizás ¿esperaba verlo entre la multitud o por lo contrario era una ilusión? En los primeros pases recibió la ovación, los ¡oles! llenaban la plaza, le dio la espalda a aquel toro herido en su carne, en su orgullo de bravura cuando este se arranco y lo levanto por los aires, al caer no llego al suelo, uno de los pitones estaba esperando para clavarse en su carne, para arrancarle las luces, el tendido gritaba, se puso en pie, Víctor permaneció sentado tenía la cara entre sus manos y temblaba, nadie se dio cuenta de que estaba allí, la sangre del toro y del torero se mezclaron en el albero de la plaza, era la misma sangre, sangre roja en la que se escapa la vida, era la misma sangre que se lleva el alma la del toro y el torero.
Víctor salió de allí sin que lo viera nadie igual que había entrado, Samuel no había llegado aún, se sentó allí en las piedras desde las que se ve toda la dehesa y lo espero, la plaza era de las desmontables y solo disponía de un equipo médico sin demasiados medios, oyó salir una UVI móvil, sonaban las sirenas…estaba vivo.
Cuando llego Samuel, Víctor levanto la mirada aún cristalizada por las lágrimas.
-¿Ha empezado el concierto?
-No aún no pero ya está todo listo.
-Han devuelto el toro a los toriles.
-¿Qué ha pasado Víctor?
-pues eso que han indultado al toro, que lo han devuelto a los toriles y volverá a la dehesa.
Samuel no quiso preguntar más, permaneció sentado a su lado hasta que Víctor levanto los ojos
-¿Vamos a coger sitio?
-Pensaba que antes íbamos a comer algo.
-Yo no tengo hambre, tengo las tripas revueltas pero te acompaño……..




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miércoles, 4 de agosto de 2010

La magia de las palabras
Una convocatoria literaria "Este jueves un relato"


Palabras, ¡tantas palabras! unas vacías, otras sinceras, otras falsas, otras... llenas de amor, ternura, de lo que quiero o me gustaría oir, de lo que no quiero escuchar... lo innombrable, son palabras de amor de odio, de lo que tenía que haber dicho, de lo que nunca dije... palabras que quiero mágicas que vengan a mi mente y salgan de mi boca, que expresen como soy,que quiero, con que sueño, a quien amo, que deseo, palabras mágicas que te digan que te quiero que sé que no es suficiente estar a tu lado, que no es suficiente un beso.


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