sábado, 24 de septiembre de 2011

MI CALLE
Este jueves un relato

En mi calle hay dos salidas, una es principalmente de vehículos y es una cuesta muy pronunciada, tanto que cuando nieva, tenemos que dejar los coches arriba en la calle perpendicular porque es imposible subirla con hielo o nieve. La otra salida es solo peatonal y desemboca en un gran parque con lago y patos, el Parque París, lleno de árboles. Como de no ir a comprar no saco el coche, salgo siempre por ahí, es agradable, en verano, en otoño en invierno y primavera, con hielo, con charcos y sin ellos se expanden los pulmones y el alma.

El parque separa la entrada de mi casa de una gran avenida, la Avd. España, creo que es la única y la más grande del pueblo, de dos carriles por dirección separados en el centro por espacios de césped y setos siempre llenos de flores.

Sacaba a los perros como cada mañana, el verano tocaba a su fin y la mañana era agradablemente fresca ¡¡por fin me dije!!. El verano se me había hecho particularmente largo. Mis perras me miraban agradecidas por sacarlas con esa temperatura más agradable que la de otros días, como si yo fuera la responsable del calor sofocante de los días pasados.

Sentado a la sombra de un gran abeto,en el cesped, estaba el muchacho de ayer, seguía mirando en la misma dirección y dibujaba. Una gran carpeta azul de dibujo descansaba sobre sus rodillas, cambiaba de lápiz daba unos retoques y elegía otro lápiz, más fino, más blando, más grueso…no sé. Siempre tengo la curiosidad de acercarme a esta gente que en cualquier parque, en el Retiro… dibujan o pintan del entorno natural, descubres verdadero arte en casi todos ellos, pintan y dibujan maravillas, pero tirando de las perras…no pude acercarme o mejor dicho tirando ellas de mí era imposible.

Saludé a la misma gente que a la misma hora y en el mismo lugar, saca a sus perros por la mañana, acude a sus clases o va a la parada del bus. Me alejé de allí tomando mi camino de costumbre no sin antes reparar en la joven que estaba tendida muy cerca de él, no sabía si estaban juntos o no, suficientemente cerca pero no exactamente a su lado, no parecía que hablaran, cada uno estaba a lo suyo, él a su dibujo, ella tumbada con las manos tras la cabeza y las piernas cruzadas, miraba al cielo que reflejaba el azul en sus ojos claros.

No regresé hasta casi una hora después. Él aún estaba allí, pero ya recogiendo sus cosas. Miré en torno a él pero la chica ya no estaba y como uno se monta sus propias películas deduje que no estarían juntos, que simplemente se habría dado esa casualidad y estaban cerca.

A la mañana siguiente ese paseo del cual disfruto, sacar a las perras por la misma puerta, a la misma hora, y por el mismo parque. La mañana era agradable como la de ayer, me encontré con un vecino que siempre y con mucho cachondeo, cuando me ve con las perras (de 30kg cada una) me llama Ben-Hur , al cruzar la verja y casi de frente lo volví ver, no podía imaginar qué estaría pintando en esa dirección, ¿los setos de arizónica que separan las distintas urbanizaciones del parque?, ¿la reja verde de la puerta?. Se le veía absorto en su dibujo y el paisaje que tenia de frente no daba para tanto, aunque claro está que para un artista la visión de lo mismo pueda resultar diferente y por eso es un artista.

Según me alejaba me pareció ver a la misma chica que estaba tumbada en el césped muy próxima a él, jugueteando con los tréboles del césped que a esas horas esta empapado de rocío y pensé que mi mala cabeza o mi concentración sobre el muchacho no me había permitido reparar en ella.

Los dos días siguientes me ofrecieron más de lo mismo, mañanas soleadas, el repiqueteo de algunos aspersores y el chico…dibujado o pintando ya que alguna de las veces tenía a su lado un maletín pequeñito, como de madera, lleno de lápices de colores, de todos los tamaños y desordenados, la joven, siempre próxima a él, unos días casi rozándolo, otros un poco más alejada pero nunca...ninguno de los días los vi dirigirse una sola palabra. El chico no cambiaba la orientación que había tomado en el césped mirando en la misma dirección desde el primer día que reparé en él y me picaba la curiosidad, teniendo a un lado la rosaleda o el anfiteatro junto al lago, que a mi parecer ofrecían más contenido artístico.

Aquel lunes decidí salir un poco antes y sin las perras, ya las sacaría después, pero me podía la curiosidad de acercarme a ellos, a él, para apreciar lo que le tenía tan ensimismado en aquella dirección, por un momento me pareció que ella estaba tumbada sobre el césped tras él pero según fui acercándome, vi que tras él solo estaba su cazadora vaquera.

-Hola…perdona mi intromisión pero me puede la curiosidad de tus dibujos.

-¡Ah!, no te preocupes, te veo salir casi todos los días con tus perros.

-¿me permites?

-Si claro, ¿cómo no?

Me extendió su carpeta azul, la abrí con cuidado, hojas y hojas, unas coloreadas, otras en lápiz, en todas ellas...la misma mujer, la misma cara, los mismos contornos, unos eran retratos,en otras estaba ella de cuerpo entero jugueteando con una margarita tumbada sobre una pradera, en otras solo unos ojos azules, inmensamente azules, en otra de las hojas unos labios rosados, carnosos y brillantes pintados como con un beso.

Mi expresión era de asombro...creo. Miré a mí alrededor, buscándola cerca como estaba otros días pero no la vi. Lo miré a él ¿…?

-¿hoy no está contigo?

-No... no está conmigo, hoy hace tres meses, nos conocimos en bellas artes hace un año... íbamos a vivir juntos este curso...A finales de junio, después de los exámenes, se fue a Coruña, había dejado el piso compartido con dos compañeras y ya nos habíamos buscado uno para nosotros, teníamos pagada la fianza para ocuparlo en Septiembre...pero Sandra no llegó a Coruña...tratando de evitar a un motorista que les vino de frente el coche que conducía otra compañera de allí...(su voz se entrecortaba, me sonaba el suceso, había oído en la piscina lo que había pasado con dos de las chicas que ocupaban un piso de estudiantes en otro portal de la urbanización). Me estremecí mientras el relataba el suceso, una sensación de frio me recorrió la espalda, se salió de la carretera...hace ya tres meses...yo... siempre la esperaba aquí...todos los días...todos .Hoy siento que ya no volveré, siento que se ha ido para siempre.

-Lo siento...

-Toni (me dijo)

-Pues de verdad lo siento Toni, pero creo que es una buena decisión la de no volver. Solo te pediría una cosa aunque no tenga ni mucho menos ese derecho. No dejes de dibujar, no todo el mundo que quiere hacerlo consigue plasmar con un lápiz, la belleza de unos sentimientos como tú sabes hacerlo.

-Gracias por interesarte por mí, algún día me dejaras pintar a uno de tus perros. Algún día volveré por aquí.

Me quedé pensando en aquella chica que había visto junto a él. Me volví dos veces en mi camino de vuelta para ver si la sorprendía junto a él, mire por los alrededores hasta que crucé la verja, pero nada.


Otros sitíos de interés juevero en el lugar de GUS

domingo, 11 de septiembre de 2011

Hace ya tres meses



Hace ya tres meses

No podía creerlo…¡¡tres meses!! Tres meses sin dejarme ver. Un verano complicado y los primeros signos del otoño empiezan a sembrar los pinares, no puedo creer que haya pasado tanto tiempo y no quiero que vuelva a suceder, estos momentos en los cuales escribo, en los cuales os leo, dan un sentido más pleno a mi vida aunque en ocasiones me lleve bastante tiempo.
El verano para algunos repleto de encuentros y despedidas, para otros de cañas y tapitas, arena, puestas de sol en el mar o la montaña, historias de amor que comienzan, otras terminan, algunas empezaron incluso junto al mar y…¿Quién sabe? Quizás las hubo que terminaron en ese mismo lugar.

Ahora…exámenes en septiembre, la vuelta al cole de mayores y pequeños, los atascos, ¿¿Quién dijo depresión??, ¿¿Quién dijo miedo??.
El verano para mi ha sido complicado pero aun con todo no me puedo quejar la falta de tiempo y el dejarlo pasar ha hecho que cada día me diera más pereza porque el tiempo del que disponía era escaso y quería volver a leeros a todos.
Ahora aunque las cosas siguen siendo complicadas tengo ya la impetuosa necesidad de estar aquí,¡¡Gracias a todos!! Gracias especialmente a los que de una u otra manera me habéis animado a seguir, "si quieres puedes” lo tendré en cuenta.
“Mirando dentro” cumplió un año, su primer año y ese día no estuve aquí para celebrarlo, pero ahora vuelvo para quedarme.
Gracias de antemano a todos los que estáis aquí, leyéndome y regalándome esos minutos vuestros. Sí, vuelvo para quedarme y reunirme con todos vosotros en un caluroso abrazo. 
                                                                                   Medea

Música en defensa de los animales