martes, 4 de diciembre de 2012

Imaginar




Sueño con la mar en calma, en cuyos brazos se duerme cada noche desde hace casi dos meses. Me manda fotos para que lo sueñe, sus amaneceres, sus atardeceres, el Océano Indico, los mares de Arabia a sus pies y el cielo encima, cada mañana, cada tarde, cada noche.

sábado, 30 de junio de 2012

En los zapatos de otro
Este jueves un relato


Es jueves, como muchos jueves estoy aquí desde la distancia, veo que escribís el tema de “en los zapatos de otro” no era mi intención escribir ni publicar nada, al final escribo sobre el tema, no se si publicaré este borrador, pero desde luego no mandaré este enlace, sé que aún con todo alguien lo leerá, sé que muchos lo leeréis pero uno de mis motivos es que aun no he podido leer todos los publicados la semana pasada y mis comentarios irán llegando con cuenta gotas a unos y otros blog.
Siempre he sentido que hay que ponerse en los zapatos del otro para ver las cosas, la situación de cada uno desde su punto de vista.
Me he puesto muchos, muchos zapatos, para mí la empatía forma parte de esto, ponerse en el estado de ánimo del otro para poder comprender algo que desde el nuestro no seria posible.
Me planteo que la empatía ó calzarse otros zapatos es a veces agotador, sobre todo cuando no sabes separar el estado anímico del otro del tuyo propio, esto llega a ser patológico, lo suyo es que supiéramos separar, tendemos a calzarnos los zapatos de otro cuando tiene que tomar una decisión, cuando nos piden consejo cuando se desahogan con nosotros. Esto sucede principalmente cuando a la gente a la que queremos, cuando los nuestros, necesitan un apoyo. No empatizamos cuando alguien tiene su vida en orden y todo va bien, la situación no lo requiere.
Son muchas las veces que te pones en los zapatos del otro, tratas de sentir como el siente para poder ser objetivo, para tratar de ayudar a tomar una decisión y sin darte cuenta empiezas a andar con ellos, aprietan a veces pero no importa, sabes que es muy fácil decir yo haría esto o lo otro desde tu sillón calzando unas cómodas zapatillas pero esa no es la manera, hay que calzar sus zapatos y andar con ellos.
Un día al calzarte tus propios zapatos te das cuenta de que también te hacen rozaduras y te sientes cansado, has andado mucho con distintos zapatos, pesa sobre ti…no sé no sé que es lo que pesa pero las circunstancias y momentos vividos calzando el zapato de otro siguen ahí, no sabes separar una cosa de otra, todas están ahí y pesan.
Hay que saber ponerse los zapatos de otro, es imprescindible al menos para mi, pero también es imprescindible sabértelos quitar antes de calzarte los tuyos, algo que en este momento…no sé hacer



Hay muchos mas modelos en el colmado de Gastón

jueves, 21 de junio de 2012

Hablemos de nosotros
Este jueves un relato


 Hoy es jueves y yo…soy juevera.
No sé si era jueves…cuando todo empezó, no sé si era jueves cuando decidí que tenía cosas que contaros, pero si era jueves cuando sentí la bienvenida de un grupo de personas, todas ellas desconocidas, que me animaron a seguir haciéndolo y a los cuales en su inmensa mayoría hoy siento amigos.Unas veces en clave de humor otras,  apoyada en la melancolía, otras en la imaginación o el recuerdo. Pero siempre con la ilusión de compartir con vosotros unas letras con mejor o peor estilo, pero siempre con el entusiasmo de mejorar y aprender entre los que ya llevabais más tiempo. No sé si he conseguido mejorar en mis relatos pero ¡¡he conseguido tantas cosas en los jueves!!, he conseguido ánimo, consuelo, risas, comprensión, halagos que también gustan, criticas…pocas la verdad, sois inmensamente generosos, pero ante todo los jueves han traído a mi vida gente que de otra manera no habría conocido y con esa gente, me siento rica y afortunada.Si, es jueves, aun no me cuento entre los rezagados. Aunque distintos motivos familiares que no vienen al caso no me han dejado hasta ahora ni ver fotos ni vídeos de un fin de semana caluroso en todos los sentidos.
Cuando Córdoba ardía bajo el sol de mediados de junio, en la judería donde se entremezclan las culturas y religiones cristiana, musulmana y judía, se encontraban los jueveros. También cada cual de su padre y de su madre, creyentes y ateos, apolíticos, de derechas y de izquierdas, revoltosos y tranquilos, rubios, morenos, altos y bajos, de distintas profesiones y ámbitos de la sociedad pero todos, todos ellos unidos y mezclados en el movimiento juevero. Faltaron algunos, se hizo notar la ausencia de muchos, unos a los que ya conozco y quiero, otros a los que me hubiera gustado conocer.
De los adoquines del suelo manaban cuarenta grados que recalentaban las suelas de nuestros zapatos,  del cielo, el sol inmisericorde nos lo ponía difícil, pero allí estábamos todos, jueveros, consortes, lectores de jueveros, amigos de jueveros y por tanto…todos ellos jueveros.
Cerveza fresquita, tinto de verano, y manjares propios de mi querida Córdoba (que un poco cordobesa sí que soy) tapas de salmorejo, berenjena, jamoncito, queso, ensaladilla, croquetas de rabo…de toro, mas berenjena, más jamoncito, más salmorejo, más rabo jeje. Una verdadera degustación gastronómica que extrañaré por algún tiempo, pienso volver comenzado ya el otoño.
Felicidades a todos por hacer posible este encuentro, felicidades a todos cuantos habéis hecho un esfuerzo por llegar hasta allí, algunos desde tannnn lejos mi querida Cass .
Felicidades a los cordobeses por tan magnifica organización Pepe y Toñi, Carlos y María José. Felicidades a todos aquellos que con un obsequio habéis sellado este día que no podrá borrar el tiempo.

Más Jueveros en las páginas del Daily Planet`s

martes, 5 de junio de 2012

Buscando al Maragato


Se busca, si, a cualquiera que lo viere se le agradecerá su colaboración.
Pequeño él, de mirada vivaracha de ojos...¿marrones?...si, más bien.
Campechano, castizo, con nombre de ratón y corazón de león, de abrazo cálido y manos amigas y sonrisa picarona,...salta al grito de ¡¡Ala Madrid!! en ocasiones lleva una pelota en la boca (pero no de fútbol) Zamorano y genuino como no hay otro y de lo más puro que ha dado la tierra y su santa madre.
Hace apenas 20 días...poco más, hablé con él, quería regalarme algo...su regalo era alentarme a leer la entrada que había colgado un bloguero amigo, Juan Carlos, en..." y que te cuento" el titulo de la entrada era "Erase una vez", sabia de mi desgana y fue un verdadero regalo en una mañana de domingo añadida a lo que ya era de por si un regalo que pensara en mi y me llamara. Hablamos de nuestro próximo encuentro en Córdoba, pensé ponerle un correo unos días después para agradecerle de nuevo su regalo pero mi desgana abarcaba también al correo, al ordenador en general y no lo hice.
Gus ¡¡¡cago en...!!! ¿¿donde COÑO estas?? me sale tu buzón de voz, si te has perdido por ahí con la bici haz una pausa y dinos donde andas ya que me has hecho salir del agujero.




jueves, 29 de marzo de 2012

"Las fiestas de mi pueblo"
Este jueves un relato

Las fiestas de mi pueblo, de mis pueblos…las fiestas.

 


 
Geográficamente he llegado a la conclusión de que mi pueblo es aquel en el cual vivo y se asienta mi familia, no tengo apegos geográficos pero si apegos a la gente. De mis pueblos tengo amigos que a día de hoy, y con muuuuchas vivencias de por medio, lo siguen siendo.
He vivido las fiestas de los que han sido mis pueblos, las he quemado esperando el amanecer desayunando churros en algún lugar antes de llegar a casa. Comparsas, clarines, encierros, carnavales… no es que fuera antes muy fiestera pero cualquier excusa era buena para estar con los amigos hasta altas horas sin tener que escuchar a la vuelta a casa el consabido ¡¡¿pero que hay abierto a estas horas?!!
Como en todo se viven diferentes las fiestas en las distintas etapas de la vida.
En la pre adolescencia comprábamos pipas o almendras garrapiñadas que parecía que no existían en otra época del año, íbamos las niñas a los coches de choque a pegarnos topetazos con los chicos que nos hacían gracia, cuanto más brutos mejor y cuanto más  te embestían con su coche más contentas…..  como bobas.
  
Luego en esa adolescencia que dura taaaannnntoooo quince, dieciséis, diecisiete……. se acabaron los feriantes, los coches y las norias, descubrimos el tontodromo que era lo más parecido a los botellones de ahora, otra vez los chicos, las primeras copas, la primera vez de llegar a casa a veinte uñas, el primer enamorarse bajo el neón, las primeras calabazas dadas y recibidas, la primera cita, mientras en casa te hacían de atracción en atracción, del gusano loco a la noria y de la noria al tren de la bruja o a la casa de los espejos y comiendo algodón de azúcar. Esta tapa duró muchos años hasta entrar en una feria más tranquila, vivida con mas sosiego, mas adulta, terrazas de noches de primavera y finales de verano, cervezas con los amigos y algún concierto pero ya más alejados del recinto ferial, esta etapa más asentada me duro casi hasta que las responsabilidades fueron otras  y empecé a llevar a mis hijos a su primer tío vivo, hasta que compré para ellos el primer algodón dulce, grande, el más grande y rosado de los algodones y disfrutaba viendo como descubrían aquel sabor empalagoso que se pegaba insistente en sus caritas y en sus manos , me subí con ellos a grandes atracciones donde no podían subir solos y soporté los escobazos que la bruja nos propinaba en su tren, hasta el día que subí con ellos al primer coche de choque que ya manejaban ellos con mucha soltura…poco después empezaron a ir en grupito con amigas y amigos hijos a su vez de amigos nuestros y unas veces unos padres otras veces otros nos dábamos una vuelta por la feria para ver por donde andaban para luego irlos a recoger a una hora prudente.
Como era de esperar…llega ese día en que tu hijo que por supuesto no bebe y que por estar en fiestas le has dado permiso hasta las dos, llega fino, pero fino, fino con “una” de calimocho que no se tiene de pie y la rueda está dando la vuelta de nuevo, regañinas, castigos por no cumplir el horario y lo de siempre, miedo mucho miedo a que les pueda pasar algo hasta llegar a odiar las fiestas. Aun hoy miras el reloj, te levantas miras por la ventana y te vuelve a acostar, no han llevado el coche pero siempre hay alguien que los trae y no sabes que es peor, porque te han salido feriantes y no se conforman con las fiestas de su pueblo sino que tienen amigos en toda la periferia y viven también en las fiestas de los pueblos  limítrofes que vienen una tras otra, así que estamos todo el mes de septiembre de feria hasta terminar el veintinueve de septiembre en las de aquí Las Rozas de Madrid cuyo patrón es San Miguel.
Termina la feria y ¡¡que descanso!! ¡¡VIVA SAN MIGUEL!!


 Saquen sus tikets en la taquilla de Manuel

domingo, 25 de marzo de 2012

Siempre en nuestro recuerdo

Angela

Hoy hace tres años querida Angela, hoy hace tres años que nos faltas y escriba o no, tenga o no tenga Bog siempre de manera especial, te recordaré en este día.


Hace mucho que no escuchamos tu risa, pienso en ti en el silencio, cuando algo me recuerda a ti de manera especial, ya no lo hablo, me lo quedo porque sé que tu recuerdo duele, creo que los demás hacen lo mismo y en ocasiones me gustaría compartirlo.

Hace unos días han estado en Tenerife ella y el resto de tus amigos, seguro que estabas allí con ellos y yo sin enterarme. Laura está trabajando y los demás…unos terminando su primer año de mir, y otros preparándose para empezarlo…y parece que fue ayer cuando se truncó tu carrera universitaria, tu carrera por vivir.

Como cada año las primeras flores de la primavera nos recuerdan tu ausencia, aquel día de primavera en que todo se llenó de negrura y el cielo lloró amargamente.

Sé, presiento que sigues ahí, en algún lugar, que si somos energía tú tenías toda la de tus 23 años y quiero creer que para ti todo acaba de empezar.

Te dejo aquí mi recuerdo, mi cariño y mi agradecimiento por todo cuanto aportaste a nuestras vidas.

Un beso allí donde estés.

miércoles, 21 de marzo de 2012

"Dejá vú " Este jueves un relato








¿¿QUE ME PASA??

Salía como siempre puntual de la oficina, hacia ya días que no se quedaba a tomar esa cervecita con los compañeros, le había llegado de boca de la del quiosco que la tenían por rarita, total, no había intimado con nadie de con los que compartía tantas horas al día durante los últimos cinco años. No le importó demasiado.
La calle Princesa siempre concurrida y más aún bajo el tibio sol de medio día cuando la primavera estaba a punto de comenzar, aunque por el aspecto de los escaparates y la vestimenta de la gente, diríase que ya estábamos en verano. Ella aun llevaba sus vetustos  botines de hace ya dos inviernos, su pasmina anudada al cuello y un aparente pero remendado abrigo de paño que olía a naftalina. Su madre había fallecido la pasada navidad y vivía sola desde entonces, sabía que tenía primos pero no tenía muy claro ni cuantos ni donde, ella había estado sola siempre, con su madre, desde pequeña, no recordaba otra cosa, quizás por ese tipo de vida se creía algo antisocial aunque en ocasiones hacia un esfuerzo por estar y alternar al menos con los compañeros de la oficina.
Salió de Princesa por la calle Tetuán que no está tan concurrida, en Casa Labra, la gente tomaba su cerveza a pie de calle mientras esperan su pincho de bacalao rebozado, todo un clásico, pero una vez  pasado Labra, la multitud se disipaba y podías meterte por callejones menos concurridos.
Hasta su casa era un paseo que sus compañeros envidiaban, vivir en Madrid al lado del trabajo, eso si era un chollo, todos venían en transporte público al centro porque de otro modo a las ocho de la mañana era imposible. Se quito el abrigo y la pasmina, por las calles adyacentes no entraba el sol pero el aire era agradable, cerraba los ojos para sentirlo acariciar su rostro…al abrir los ojos allí estaba de nuevo esa sensación, era una sensación que casi le producía nausea, era como andar sobre sus propios pasos, se paró en seco y miró hacia arriba, sabía que aquella señora con bata azul iba a regar los geranios, hacía mucho tiempo que no cogía por esa calle pero antes de que la mujer dejara caer una pinza de su tendedero ella supo que iba a caer y supo que sería una pinza de ropa verde. En cuestión de segundos la pinza rebotó sobre los adoquines, retiró el pie para no pisarla, los pasos siguientes se amontonaban en su mente uno tras otro, cerró los ojos, los apretó con fuerza tratando de desechar esa sensación. Respiró hondo sintiéndose aliviada. Retomó el camino a su casa, disfrutaba del paseo cuando no la abordaban esas sensaciones…de nuevo aquella tienda, la empleada estaría en el escaparate colocando aquella blusa azul que tanto le había gustado ¡¡otra vez nooo!! Se acerco hasta llegar al escaparate, miró casi con miedo, la dependienta no estaba, la blusa azul tampoco, Uffff que alivio pensó y siguió caminando. Antes de doblar la esquina vislumbró los contenedores de basura, el verde del vidrio, el azul y gris del papel, el amarillo…habría unas cajas junto al amarillo y unas bolsas con ropa de una de las cuales salía un cinturón de cuadros, sentía de nuevo que sus pasos se repetían sobre un mismo escenario, de nuevo esa nausea, había leído en internet que esas sensaciones eran propias de la esquizofrenia y era por ello por lo que no lo compartía con nadie. En esta ocasión aceleró el paso dejando atrás los contenedores casi sin mirar, solo una cosa llamó su atención, recordaba un gato de inmensos ojos verdes saltando del contenedor azul al suelo y en esta ocasión no había gato, no había visto sus ojos verdes antes de saltar junto a sus pies. Aceleró el paso y dobló la esquina, la última antes de llegar a su casa.
Era un corto trayecto que se le había hecho largo, sentía que su corazón le golpeaba fuertemente el pecho. La pesada puerta de hierro del portal tenía los cristales rotos, los vecinos y los carteros, los repartidores de propaganda y cualquiera que quisiera acceder al edificio, pasaba la mano a través de los barrotes de hierro y abría el picaporte desde dentro, pero allí estaba ella, revolviendo dentro de su bolso hasta encontrar la llave. Miró el buzón, en la tarjeta del mismo figuraba aún el nombre de su madre junto al suyo. Una carta del seguro y propaganda, siempre llenaban el buzón de propaganda. Subió los dos pisos hasta su casa, se limpio bien los zapatos en el felpudo de la puerta como su madre le decía, colgó el bolso y el abrigo en el perchero en la entrada, fue a la cocina bebió agua, abrió el frigorífico y lo volvió a cerrar, pensó que tomaría algo más tarde, acto seguido entro en el dormitorio, no le había dado tiempo a hacer la cama, abrió el armario para ponerse algo más cómoda y…allí estaba la blusa azul de aquel escaparate, colgada en la percha, con su etiqueta, pero ella no la vio, cogió una camiseta y la cambió por el jersey que llevaba, se quito los zapatos y busco las zapatillas de su madre que utilizaba últimamente, no las encontraba, se agachó y levantó la colcha que arrastraba para mirar bajo la cama, allí estaban, allí estaban las zapatillas, las zapatillas y…un gato, muerto,  sus ojos verdes la miraban vacíos de vida. Ella cogió sus zapatillas las coloco junto a la mesita de noche y se tumbó sobre la cama.
Pensó en esas sensaciones que se repetían cada vez con más frecuencia desde que murió su madre…, ella la cuidaba, le tenía la comida lista cuando ella llegaba, le obligaba a tomar aquellas pastillas que había dejado de tomar desde entonces…

Voy a tomar la medicación jajaja, pero mientras tanto podéis pasaros por casa de Carmen Andujar   o...¿ya os habéis pasado?

miércoles, 15 de febrero de 2012

Yo tengo un Sueño.
Este jueves un Relato



Oblivion-Astor Piazzolla

Tuve un sueño…
Allí estaba él, como si nada, como si el tiempo no hubiera pasado, su pelo seguía siendo negro intenso, como si el tiempo no hubiera pasado por él, su tez como siempre bronceada por el sol, ¡¡ se había ausentado tanto tiempo de sus vidas…!!
Ella le recriminaba su ausencia, le decía que no le parecía justo tanto tiempo sin dar señales de vida, le preguntaba donde había estado estos años, él la miraba sin responder y le acariciaba el pelo que pintaba casi de blanco por el paso del tiempo. Casi se puso blanco de golpe cuando él se fue. Sus hijos los miraban ensimismados mientras en el interminable abrazo, ella dejaba brotar lágrimas azules de sus intensos y pequeños azules ojos. Entre hipidos le decía insistentemente “¿por qué me has hecho esto?, ¿por qué? pero no esperaba respuesta. Los chicos esperaban su turno, los cinco a la vez se abrazaron a él, ellos no hacían preguntas, ellos no querían respuestas, habían pasado al menos diez años, y ellos seguían siendo niños ansiosos de aquella caricia, volvían a volar las caricias sobre sus cabezas, las caricias de aquellas manos perfectas, masculinas, de largos dedos y uñas impecables.
La mayor de todos se abrazó a él, inspiró fuerte sobre su cuello queriendo embriagarse de su olor, aquel olor que le había acompañado sus primeros años, aquel olor que le había aportado tanta seguridad cuando caminaba hacia él dando sus primeros pasos, cuando él la esperaba agachado con los brazos abiertos.
Tenía preguntas, reproches, pero quizás más adelante, ahora había vuelto y no era cuestión de estropear ese momento. Quizás…el temor de que volviera a desaparecer le hizo desterrarlos.
Cogió la mano de su padre, la asió con fuerza hasta arrastrarlo escaleras abajo hasta la calle, estaban allí sus amigos y con júbilo les decía ¡¡Es mi padre, ha vuelto!! ¡¡Es mi padre!! Tras ella, sus cuatro hermanos enredando, jugueteando sin ser conscientes de la importancia y trascendencia que tenía aquel acontecimiento en sus vidas.
Luego de alguna manera…se vieron solos, papá,¡¡ te has perdido tantas cosas…!! ya no era una niña, era una mujer adulta, con una vida de adulta marcada por su ausencia, tenía tantas ganas de contarle, de decirle que maduró de golpe cuando él se fue, que dejó de ser esa cabeza loca e insensata que le daba tantos quebraderos de cabeza…quería que se sintiera orgulloso de ella, quería mostrarle todo de golpe, su marido, su casa, sus hijos, quería que conociera a sus perros, siempre le habían gustado los niños, los perros…
Los primeros rayos de la mañana, atravesaban la persiana rompiendo la noche. Apreté los ojos no quería despertar, lo había vuelto a ver después de muchos años, lo había olido siiii, recordaba su olor, había vuelto a escuchar su voz, necesitaba más tiempo…la mañana peleó por sacarme de aquel sueño en el cual había vuelto a estar con mi padre. Luché por volver a dormirme…pero ya no fue posible.
Un sabor agridulce se había depositado en mí paladar, trataba de recordar el sueño que se me hacía jirones desdibujando dulces momentos.
Un café y una sola realidad, él se había ido hacía ya muchos años tras una larga enfermedad y un duro final y solo en sueños volvería a encontrarlo.


Seguir soñando en casa de Pepe..donde.los sueños, sueños son.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El arte de observar.
Este jueves un relato


No queda nada, una última mirada, a la nada, a la luz que lo fue, al silencio que dejamos, fue el final y quedamos unos cuantos en silencio, pensando en la silenciosa cola lo que pudo ser. Él dice que no queda nada, hace frío, una última mirada a lo que hemos conocido como nuestro mundo, no sabemos qué es lo que queda ahí fuera, aire sin oxigeno, irrespirable, luz, no sé si de sol o de luna pero el caso es que hay luz. Espero paciente para impregnarme de esa última mirada, llevamos mucho tiempo a oscuras, luego me dejaré caer al abismo. La mujer se sumó a la cola, no es necesario mantener el orden, dejó su silla abandonada en la esquina de lo que durante mucho tiempo fue su puesto de trabajo, ya no hay ni jefes ni mandatarios, todos hemos  iniciado el camino sin retorno, hemos emprendido el viaje por la escalera solo de subida. Como siempre se ha dicho, el capitán es el último en abandonar el barco, él aún está dentro, en la sala, será el último, antes hará una hoguera con todo lo terrenal, dice que “la mortaja no tiene bolsillos” y que allí donde vamos no nos será necesario nada material, antes lo pusimos  todo a su nombre, pagarés, propiedades, cuentas bancarias, él hará el sacrificio del ofrecimiento como nuestro guía en todo este tiempo. Hasta el final de la escalera solo nuestro libro de oraciones, alguno una pequeña  mochila si acaso con algunos recuerdos, alguna prenda o fotografía de los que no quisieron seguirnos aun amándonos, ¿¿Qué habrá sido de ellos??.  Aquí el huerto que trabajamos durante todo este tiempo ya no nos abastece desde hace semanas, estamos alejados en esta montaña que parece el cielo del mundo, cuando pudimos vivir en el exterior siempre había niebla, este lado del bunker nunca hasta hoy lo visitamos. Ya queda poco tiempo, Silke me ha pedido que parta tras ella, de ese modo cuando ella esté arriba, en el caso de que el miedo le atenace, yo subiré a ayudarla, se lo debo, ella me arrastró para venir aquí a esperar el final, rodeados de espiritualidad.

De los que allí estaban nadie sabía que Gurú Aley ya se encontraba a muchos kilómetros de allí, en un porche Cayenne y que lo que ardía en la sala, eran las alfombras de su oratorio.

Encontrareis mas  Matices  en la vida

miércoles, 1 de febrero de 2012

Refranes.
"Persona que es curiosa tiene refrán para cada cosa".
Este jueves un relato

Como no quiero faltar a esta convocatoria juevera y necesito días para comentar los relatos del jueves anterior, no he tenido mucho tiempo para pensar qué contaros en este jueves refranero que nos propone Verónica, así que por no escribir alguna chapuza que no merecéis, voy a basar mi historia en lo que era un chiste porque…”no hay día más perdido que en el que no nos hemos reído


Lola está desesperada, muchas veces había oído que no debían mezclarse los negocios con el placer, para ellos el dicho era otro, algo así como donde tienes la olla no metas la polla y ella hizo caso omiso al refrán con lo cual él también.
Pensaba que el refranero era realmente sabio y siempre echaba mano de alguno de ellos o en su ausencia de algún dicho popular por todos bien conocido. Lola resultaba para muchos repelente y siempre tenía que decir la última palabra en cualquier tema, con refrán o sin él. Cuando Blas le había dicho, hacía ya una semana, que la relación entre ambos había terminado, en vez de mostrar sorpresa o disgusto, dijo que ella ya sabía lo que suponía dar amapolas a los cerdos… de amor que no conviene muchos males y pocos bienes, pensaba ella para sí.

De entre sus amigas ya había pocas solteras o que no vivieran ya en pareja, solo Adela y Nuria estaban separadas, ella aún no había dado con la horma de su zapato y rozaba los cuarenta, aunque siempre que alguien se lo recordaba, decía que gallina vieja hace buen caldo y de buen caldo buena sopa.

Salió aquella noche, se aplicó el borrón y cuenta nueva y pensando en Blas ante el espejo dijose a sí misma que a enemigo que huye puente de plata. Quedó con Adela y Nuria,estas eran unas juerguistas que disfrutaban de su casi recién estrenada soltería, en el discopub al entrar, dejó el abrigo en el guardarropa y cuando la chiquita que lo atendía le dió su ficha le comentó lo frías que tenía las manos, y es que cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo, luego se moría de risa como si hubiera dicho algo gracioso (mira que me fastidia el que rie sus propias gracias antes de saber si tienen gracia para los demás) Nuria levantó la mano para hacerle ver donde estaban, no era amiga de estos “tugurios”así los llamaba, decía que la música alta y las mareantes luces la ponían enferma, pero realmente si quería salir no tenía demasiadas opciones, porque sus gracias y refranes no solían caer bien. Ya le habían dicho alguna vez lo de mujer refranera mujer puñetera. Se sentó, junto a Nuria, Adela hablaba con un joven en la barra, que sin ser guapo era interesante. Ufff dijo Lola, de mejor paja he hecho yo estiercol, Nuria la miró incrédula, Santo Tomas una y no más. Como no era la típica discoteca de jovenzuelos no era demasiado ruidosa, no habia discos de musica tecno, bajo la intensidad de la luz, las rotatorias se hicieron más lentas, empezaban las baladas, hacía tiempo que no entraba en un local donde aún pusieran música lenta para bailar, ¡¡que aburrimiento!!. Un chaval, mozo, hombre, que no habría cumplido los cuarenta se acercó a su mesa y con un gesto simpático le hizo casi una reverencia, ¿bailas?... lo miró casi con desprecio, no era guapo, más bien de esos feos atractivos, quizás por sus formas, por su gracia o simpatía
     _ No está hecha la miel para la boca del asno, contestó
El chico, chaval, mozo, hombre, deshizo la simpática reverencia y respondió
     _ Oye, oye, que te he dicho que si bailas, no que si me la chupas.
En esta ocasión ella no dijo la última palabra.






Más Jueves Refranero con café griego en casa de VERÓNICA

miércoles, 25 de enero de 2012

Aquelarre en este jueves un relato

 No se juega con las brujas

Marcos  se anudaba su corbata de cachemira de alegres colores con doble nudo, bajaba el impecable cuello de su camisa y ajustaba el nudo al cuello. Esa reunión mensual de los directivos, lo tenía un poco abstraído. Selena en la cocina se preparaba un poleo menta, una infusión antes de acostarse le ayudaba a conciliar el sueño, la besó fugazmente sin apenas rozarle los labios y tomó las llaves del coche del mueble de la entrada al tiempo que decía  _Acuéstate pronto cariño, procuraré no hacer ruido al llegar… _Ten cuidado Marcos, que siempre bebéis de más, en ese caso toma un taxi.
La puerta se cerró tras él, en el espejo del ascensor, camino del garaje, se atusó el pelo, con cuarenta y cinco años no presentaba síntomas de calvicie, al menos de forma inminente, pero sus sienes casi plateadas le daban un aspecto interesante, había comprobado en esas escapadas mensuales, que despertaba el interés de las mujeres más aún que cuando era más joven. Esa sensación le aportaba cuando menos seguridad, ni que decir tiene que era apuesto y lo sabía.
Luna cepillaba su larga melena, aquellos pendientes de topacio azul hacían resaltar aun más el color de sus ojos, dejó volar su melena con un estudiado movimiento de la cabeza. Era bella, inmensamente bella, aquel ceñido corpiño negro resaltaba sus delicadas curvas y realzaba la exquisitez de sus senos firmes, separados por “el camino a la perdición” así lo había llamado Marcos hacía dos meses. Cuando se conocieron.
Su deportivo negro salió de la ciudad y enfiló la carretera que subía la ladera de la montaña, la carretera carecía de iluminación pero la luna llena de aquella noche,  dejaba apreciar alguna de las casas de piedra de aquella montaña que parecían encontrarse en caminos perdidos e infranqueables.
Dos o tres miradores repartidos en la larga carretera de ascenso permitían ver la ciudad que dormía bajo el neón, y que sin embargo parecía tan despierta. Disminuyó la velocidad al ver en el segundo mirador el 4x4 de Marcos con las luces de posición, ya estaba allí, ella sabía que lo tenía impaciente y le gustaba hacerse esperar, estaría enfadado, más de media hora de espera pero sabía que lo tenía bien enganchado y no se iría. Era su tercera cita y ya no podía escapar. Paro al otro lado de la carretera y metió su coche entre la maleza hasta dejarlo casi absolutamente escondido, bajó miro a ambos lados y cruzó, Marcos la había visto llegar pero seguía mirando la ciudad como hipnotizado, quizás un poco molesto por la espera. Por detrás se agarro a su cintura y ronroneando como una gata consiguió que Marcos girara sobre si para tenerla de frente, voluptuosa, sensual y felina. Todo cuanto le iba a recriminar por la espera desapareció de su mente y la besó apasionadamente, mordió sus carnosos labios, lamió su cuello, hacía tiempo que decía no sentirse tan embriagado. Lo condujo hasta el coche, el suyo había quedado bien escondido. Le había dicho que lo llevaría a un escondite secreto, la casa de la montaña que pertenecía a la familia y que estaba hace tiempo deshabitada, podría ser un lugar maravilloso para sus encuentros que prometían ser cada vez más frecuentes. Le indicó que tras la siguiente curva tenía que coger el camino a la derecha, Marcos emocionado y excitado tomó con rapidez la curva, en su mente iba despojándola de su chaquetón, de su corpiño de todo aquello no comestible que cubriera su cuerpo.
La inmensa casona era casi invisible, la espesa vegetación de la zona sumada a las traviesas hiedras trepadoras habían conseguido ocultarla casi por completo. Lo arrastró de la mano, la puerta chirrió al girar el pomo oxidado, Marcos le ayudó a empujar la puerta. Olía a resina, a Marcos le llamó la atención la pulcritud de la estancia, Luna lo había preparado todo para el encuentro, la chimenea emitía chasquidos, un tronco dejaba caer su peso sobre otro ya requemado y algunas chispas traviesas jugaban en el aire al son de un crepitar. Dejaron caer sus abrigos sobre el vetusto sillón y tomaron ambas copas que Luna saco con cuidado de la licorera…en una de ellas…un polvo rosado casi invisible sobre el cual vertió el vino y se la tendió a Marcos que bebió y paladeo gustoso. Luna hizo lo mismo con la suya, empujo a Marcos sobre los abrigos que descansaban en el sillón sacándole al mismo tiempo el nudo de la corbata.
Cuando Marcos se despertó, el olor acre, mezclado con azufre le hizo esbozar una arcada, sentía un tremendo malestar y sus ojos no alcanzaban la nitidez, no podía moverse, sintió que estaba desnudo, sujeto, varias antorchas rodeaban una estancia en la cual no había estado nunca, mujeres con tules negros transparentes que cubrían su cuerpo desnudo, escuchaba una oración que era respondida al unísono por todas aquellas mujeres, algo decían de un pentagrama, de consagrar el pentagrama con los cuatro elementos recitando los exorcismos de el agua, el fuego, el aire y la tierra. El pentagrama con dos rayos inferiores hacia arriba, parece que le hicieran una ofrenda, aclaman al maléfico. Marcos cerró los ojos y sacudió la cabeza como si quisiera despertar de una pesadilla, no lo consiguió. Vio a Luna y a otra mujer que se le acercaban, iban como escoltando a una tercera que llevaba algo entre sus manos, entonces pudo verla, era Selena, su mujer, estaba demasiado asustado para plantearse el daño que le habría hecho engañándola desde hacía años, la llamó la gritó pero sus gritos quedaban ahogados por lo que parecía una oración al unísono 30, 40 mujeres, Selena se acercó aún más, le ungió con lo que llevaba entre las manos un aceite de cinco perfumes, incienso, mirra, aloe, azufre y alcanfor, sonrió y le dijo “el humo te purificará” se miró los pies y se hallaba sobre una pira, el pánico apagó de pronto su voz. La luna, redonda,entera y anaranjada brillaba en lo más alto.
Selena, con su pelo cogido en una pinza, unos vaqueros y la misma camiseta con la que había dormido bajo la gabardina color camel denunciaba en la comisaria a dos manzanas de casa, que su marido no había regresado.


Por lógica los demás hechizos y pócimas en la cueva de Inma Brujis

jueves, 19 de enero de 2012

Desde el corazón Este JUEVES un relato.


 Emociones, que te hacen llorar, que te hacen reír, llorar porque se te rompe al alma, llorar de alegría y emoción, reír porque…simplemente eres feliz.
  Abrir el cajón de los truenos, quiero salirme por la tangente en esta convocatoria y…no seré la única me temo, le doy vueltas, pongo mi corazón sobre la mesa, me mira con ojitos burlones y… ¿ahora qué? Paso el dedo por una hendidura de aurícula izquierda a ventrículo derecho, es profunda pero no sangra, él se retrae y entorna sus ojillos, .- ¿quieres que hablemos de ello?  .-
.- No, Ya no duele,  son cicatrices de heridas que te rompen en pedazos pero cuando logras sobreponerte, sabes que eres más fuerte. ._¿Y ésta? Le pregunto señalando otra menos larga pero también profunda,  .-Ufffff esa aún es más antigua, ha marcado nuestras vidas desde los 16 y me acompañará siempre. Las cicatrices se quedan ahí para recordarnos que somos vulnerables, que podemos rompernos fácilmente.  Poso la mano sobre él y está húmedo y caliente, bombea con fuerza (por suerte) noto algunas más, una de ellas esta húmeda me miro los dedos los siento pegajosos, parecen haberse teñido con el color púrpura de la sangre.-¿estás herido? , -Sí, es por Marta, por Marta del Castillo y su familia, ayer sentí una puñalada al escuchar la sentencia, a ti te duele a mi me hiere, tú sientes rabia, yo taquicardia ante las injusticias y sangro ¡¡me enciendo!! Hay muchas cicatrices, guerras, hambruna, las que deja la pérdida de un ser querido. ¿No te has fijado que hay más de las otras?, tienen otro colorido y rezuman melaza, esa melaza hace muchas veces de bálsamo para paliar el dolor de las otras que nunca llegan a desaparecer pero dejan de doler. Mira toca aquí, es menos azulada y la humedad que rezuma es de color ámbar, ¿ves? y otra y otra y más, por suerte esas abundan, son las cosas buenas que te emocionan y de esas tienes un montón, son las que te hacen despertarte con una sonrisa, también quedarán ahí siempre.
Permanezco callada, ”ojiplática”* es verdad al observarlo veo que son muchas, muchas pequeñas señales que lo llenan todo y cada una tiene su razón de ser, entre ellas está el amor de mi vida, el nacimiento de mis dos hijos, la graduación de Laura, la llegada de mi perra a casa, el nacimiento de mi otra perra, algunos momentos especiales con mis amigos. Entre las que parecen más recientes está el Km0, Malvarrosa, la reunión familiar de Navidad, todas ellas rezuman de esa melaza dulce.
Hay algunas que son más pequeñas….-¿y estas? _Le pregunto poniendo un dedo sobre una que parece estar formándose. .-Esas son proyectos que te emocionan, momentos aun por vivir pero la emoción del proyecto se está formando y ya te hacen feliz, “Encuentro en Córdoba” “El viaje a Poitiers al concurso mundial del bóxer con uno de tus cachorros”…hay tantos proyectos que te hacen feliz aunque haya alguien que diga que se acaba el mundo en diciembre…y hay sitio para mucho más, para que sigas siendo feliz y sigas soñando…                                                                 

Abro los ojos, la tele esta puesta, no sé si es la película que empecé a ver…parece que no, me he quedado dormida, sobre la mesa…bueno no…sobre mi brazo, jajaja tiene una pequeña mancha de humedad el jersey, se me ha caído la baba.
Enciendo el ordenador, es miércoles, tendré que escribir el relato del jueves y…no se me ocurre nada.

* Ojiplática =séase ojos de plato


Ainnnnnssssss que con tanto programar esto para que salga a su hora se me olvidaba decir que desde el corazon teneis mas historias en "lugar de encuentro" de la mano de María José

jueves, 12 de enero de 2012

Profecias del fin del mundo
Este jueves un relato




No me gusta este mundo  en el que vivo, no me gusta encender la televisión y ver que siempre son los mismos los que pasan hambre, que el dinero no cambia de manos, corrupción, cataclismos, tsunamis, injusticias, crímenes, maltratos, desapariciones, hambre, miseria, guerras, revueltas, prefiero meterme en mi cascarón cálido, bajo mi edredón de pluma y pensar que puedo elegir entre varias cosas para cenar a pesar de la crisis, abrazar a mi chico y decirle que le quiero cualquier día, en cualquier momento sin tener que esperar al último día de mi…nuestra existencia para decírselo, ver una peli o hacer el amor o echar un polvo, (son cosas distintas) pero ambas buenas. Mis hijos no han salido, puedo echar la llave y dormir tranquila. Aquí me siento segura, mi mundo está en orden, miro un poco más allá y veo a mi gente, mi madre se habrá dormido viendo la tele pero a estas horas cualquiera la llama para decirle que se vaya a la cama ¡¡menudo susto la pobre!! mis hermanos…supongo que bien, no hablamos todos los días. Mis amigos creo que bien, sus hijos bien, mis perras…roncando. Todo parece estar en orden en mi mundo.

Escucho las últimas noticias, Cuarto Milenio hablará sobre el fin del mundo en “la Cuatro” pero me dormiré antes, no puedo menos que relacionar las últimas noticias con el fin del mundo, este mundo, este planeta nuestro que está “quemao”, un día, se sacudirá como un perro se sacude las pulgas, y nos iremos todos a tomar viento, dará igual que sea porque se haya ido a tomar por saco la capa de ozono en cuya destrucción hemos participado todos y nos friamos, o nos saldrá un sarpullido como un cáncer exterminador debido a la contaminación a la cual también contribuimos, la manipulación genética, algún destructor histórico hecho en serie por medio de la clonación, ¿¿será quizás como dijeron los Mayas “viajeros en el tiempo” el 21 de Diciembre del 2012?? día en el que se alinearan los planetas y cambiará el eje de la tierra, se derretirán los polos, los tsunamis sumergirán los continentes, si alguien sobrevive formará parte de la nueva era.


Quizás la nueva era ha comenzado, ya que si nos basamos en el calendario Maya o “Tzolkin”, para que las vueltas al calendario Maya sean completas, el final de nuestra era ya fué el 28 de Octubre del 2011 y hemos sobrevivido, unos mejor que otros pero al menos los que estamos hoy aquí hemos sobrevivido.

Estoy pensando…seguir sin dejar de fumar hasta el 21 de diciembre por si acaso, y si no pasa nada…entonces lo dejo...y...la dieta también la empezaré entonces .                                                                                  CALENDARIO MAYA







  Vamos a buscar distintas hecatombes, cataclismos y apocalipsis en el blog de San

miércoles, 4 de enero de 2012

Cinco de Enero de cualquier año



"Queridos Reyes Magos”
Así comenzaban mis sueños hace ya tanto tiempo…queridos Reyes Magos, en la mente de niña que no entendía porque los reyes no llegaban a todos los sitios, pero que nunca quería despejar esa incógnita porque al menos a mi casa llegaban, en ocasiones se confundían y no traían todo lo que pedíamos cada uno de los cinco hermanos pero llegaban, pero también me traían cosas que no había pedido, un pijama nuevo, calcetines, siempre una caja de lápices de colores Alpino ¡¡de 24!! y cuadernos para colorear, algunos años y lo que ya era un lujo eran los estuches con rotuladores, lápices de colores, regla, escuadra, cartabón, uffff, siempre recordaré aquel olor de los lapiceros, tantos colores, todos con la punta afilada, el olor de la goma nueva en la cara de los muñecos… mi abuela hacía chocolate para desayunar roscón. Mientras en el pasillo se desarrollaba una verdadera batalla campal de envoltorios, risas y zapatos ya descolocados cada uno por un lado y algún que otro lloro, que si no me han traído esto, que si esto lo había pedido yo.
Un día (no muy tarde) se destapó la caja de los sueños y todas mis preguntas obtuvieron respuesta. No fue ni bueno, ni malo, ni peor, ni mucho menos un trauma como a veces he llegado a oír. Era la mayor de los cinco y la magia de esa noche la viví aún mucho tiempo e incluso hice de “paje” de mis mágicos padres, que hacían un esfuerzo para que recordáramos aquella noche durante todo el año.
El tiempo y las circunstancias me convirtieron en Rey Mago, traté de que fuera para mis hijos esa noche mágica que casi vivíamos nosotros con más ilusión que ellos, muertos de sueño esperando que por fin se durmieran y en ligero dormitar por si los escuchaba levantarse ¡¡nunca quisimos perdernos sus caras!! ni el brillo de aquellos ingenuos ojos al descubrir los regalos.
Hoy ellos, también hacen de Magos con nosotros, hasta que el tiempo…(y no tengo prisa) nos haga abuelos para volver a saborear la magia, porque la magia de los Reyes, está en la sonrisa de los niños.

Esto me recuerda a un cuento, un cuento en el que Cristina quería saber si era verdad lo que había escuchado en el colegio a cerca de los Magos de Oriente



Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero… que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que… -titubeó Cristina
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos … pero…
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen – respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina .
- Entonces no lo entiendo. papá.
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha
llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba
con la mano el asiento a su lado.
Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
-Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No
seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en
el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos,
ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental – asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más
entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los
regalos que deseen. También ordenó que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños
harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.