miércoles, 15 de febrero de 2012

Yo tengo un Sueño.
Este jueves un Relato



Oblivion-Astor Piazzolla

Tuve un sueño…
Allí estaba él, como si nada, como si el tiempo no hubiera pasado, su pelo seguía siendo negro intenso, como si el tiempo no hubiera pasado por él, su tez como siempre bronceada por el sol, ¡¡ se había ausentado tanto tiempo de sus vidas…!!
Ella le recriminaba su ausencia, le decía que no le parecía justo tanto tiempo sin dar señales de vida, le preguntaba donde había estado estos años, él la miraba sin responder y le acariciaba el pelo que pintaba casi de blanco por el paso del tiempo. Casi se puso blanco de golpe cuando él se fue. Sus hijos los miraban ensimismados mientras en el interminable abrazo, ella dejaba brotar lágrimas azules de sus intensos y pequeños azules ojos. Entre hipidos le decía insistentemente “¿por qué me has hecho esto?, ¿por qué? pero no esperaba respuesta. Los chicos esperaban su turno, los cinco a la vez se abrazaron a él, ellos no hacían preguntas, ellos no querían respuestas, habían pasado al menos diez años, y ellos seguían siendo niños ansiosos de aquella caricia, volvían a volar las caricias sobre sus cabezas, las caricias de aquellas manos perfectas, masculinas, de largos dedos y uñas impecables.
La mayor de todos se abrazó a él, inspiró fuerte sobre su cuello queriendo embriagarse de su olor, aquel olor que le había acompañado sus primeros años, aquel olor que le había aportado tanta seguridad cuando caminaba hacia él dando sus primeros pasos, cuando él la esperaba agachado con los brazos abiertos.
Tenía preguntas, reproches, pero quizás más adelante, ahora había vuelto y no era cuestión de estropear ese momento. Quizás…el temor de que volviera a desaparecer le hizo desterrarlos.
Cogió la mano de su padre, la asió con fuerza hasta arrastrarlo escaleras abajo hasta la calle, estaban allí sus amigos y con júbilo les decía ¡¡Es mi padre, ha vuelto!! ¡¡Es mi padre!! Tras ella, sus cuatro hermanos enredando, jugueteando sin ser conscientes de la importancia y trascendencia que tenía aquel acontecimiento en sus vidas.
Luego de alguna manera…se vieron solos, papá,¡¡ te has perdido tantas cosas…!! ya no era una niña, era una mujer adulta, con una vida de adulta marcada por su ausencia, tenía tantas ganas de contarle, de decirle que maduró de golpe cuando él se fue, que dejó de ser esa cabeza loca e insensata que le daba tantos quebraderos de cabeza…quería que se sintiera orgulloso de ella, quería mostrarle todo de golpe, su marido, su casa, sus hijos, quería que conociera a sus perros, siempre le habían gustado los niños, los perros…
Los primeros rayos de la mañana, atravesaban la persiana rompiendo la noche. Apreté los ojos no quería despertar, lo había vuelto a ver después de muchos años, lo había olido siiii, recordaba su olor, había vuelto a escuchar su voz, necesitaba más tiempo…la mañana peleó por sacarme de aquel sueño en el cual había vuelto a estar con mi padre. Luché por volver a dormirme…pero ya no fue posible.
Un sabor agridulce se había depositado en mí paladar, trataba de recordar el sueño que se me hacía jirones desdibujando dulces momentos.
Un café y una sola realidad, él se había ido hacía ya muchos años tras una larga enfermedad y un duro final y solo en sueños volvería a encontrarlo.


Seguir soñando en casa de Pepe..donde.los sueños, sueños son.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El arte de observar.
Este jueves un relato


No queda nada, una última mirada, a la nada, a la luz que lo fue, al silencio que dejamos, fue el final y quedamos unos cuantos en silencio, pensando en la silenciosa cola lo que pudo ser. Él dice que no queda nada, hace frío, una última mirada a lo que hemos conocido como nuestro mundo, no sabemos qué es lo que queda ahí fuera, aire sin oxigeno, irrespirable, luz, no sé si de sol o de luna pero el caso es que hay luz. Espero paciente para impregnarme de esa última mirada, llevamos mucho tiempo a oscuras, luego me dejaré caer al abismo. La mujer se sumó a la cola, no es necesario mantener el orden, dejó su silla abandonada en la esquina de lo que durante mucho tiempo fue su puesto de trabajo, ya no hay ni jefes ni mandatarios, todos hemos  iniciado el camino sin retorno, hemos emprendido el viaje por la escalera solo de subida. Como siempre se ha dicho, el capitán es el último en abandonar el barco, él aún está dentro, en la sala, será el último, antes hará una hoguera con todo lo terrenal, dice que “la mortaja no tiene bolsillos” y que allí donde vamos no nos será necesario nada material, antes lo pusimos  todo a su nombre, pagarés, propiedades, cuentas bancarias, él hará el sacrificio del ofrecimiento como nuestro guía en todo este tiempo. Hasta el final de la escalera solo nuestro libro de oraciones, alguno una pequeña  mochila si acaso con algunos recuerdos, alguna prenda o fotografía de los que no quisieron seguirnos aun amándonos, ¿¿Qué habrá sido de ellos??.  Aquí el huerto que trabajamos durante todo este tiempo ya no nos abastece desde hace semanas, estamos alejados en esta montaña que parece el cielo del mundo, cuando pudimos vivir en el exterior siempre había niebla, este lado del bunker nunca hasta hoy lo visitamos. Ya queda poco tiempo, Silke me ha pedido que parta tras ella, de ese modo cuando ella esté arriba, en el caso de que el miedo le atenace, yo subiré a ayudarla, se lo debo, ella me arrastró para venir aquí a esperar el final, rodeados de espiritualidad.

De los que allí estaban nadie sabía que Gurú Aley ya se encontraba a muchos kilómetros de allí, en un porche Cayenne y que lo que ardía en la sala, eran las alfombras de su oratorio.

Encontrareis mas  Matices  en la vida

miércoles, 1 de febrero de 2012

Refranes.
"Persona que es curiosa tiene refrán para cada cosa".
Este jueves un relato

Como no quiero faltar a esta convocatoria juevera y necesito días para comentar los relatos del jueves anterior, no he tenido mucho tiempo para pensar qué contaros en este jueves refranero que nos propone Verónica, así que por no escribir alguna chapuza que no merecéis, voy a basar mi historia en lo que era un chiste porque…”no hay día más perdido que en el que no nos hemos reído


Lola está desesperada, muchas veces había oído que no debían mezclarse los negocios con el placer, para ellos el dicho era otro, algo así como donde tienes la olla no metas la polla y ella hizo caso omiso al refrán con lo cual él también.
Pensaba que el refranero era realmente sabio y siempre echaba mano de alguno de ellos o en su ausencia de algún dicho popular por todos bien conocido. Lola resultaba para muchos repelente y siempre tenía que decir la última palabra en cualquier tema, con refrán o sin él. Cuando Blas le había dicho, hacía ya una semana, que la relación entre ambos había terminado, en vez de mostrar sorpresa o disgusto, dijo que ella ya sabía lo que suponía dar amapolas a los cerdos… de amor que no conviene muchos males y pocos bienes, pensaba ella para sí.

De entre sus amigas ya había pocas solteras o que no vivieran ya en pareja, solo Adela y Nuria estaban separadas, ella aún no había dado con la horma de su zapato y rozaba los cuarenta, aunque siempre que alguien se lo recordaba, decía que gallina vieja hace buen caldo y de buen caldo buena sopa.

Salió aquella noche, se aplicó el borrón y cuenta nueva y pensando en Blas ante el espejo dijose a sí misma que a enemigo que huye puente de plata. Quedó con Adela y Nuria,estas eran unas juerguistas que disfrutaban de su casi recién estrenada soltería, en el discopub al entrar, dejó el abrigo en el guardarropa y cuando la chiquita que lo atendía le dió su ficha le comentó lo frías que tenía las manos, y es que cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo, luego se moría de risa como si hubiera dicho algo gracioso (mira que me fastidia el que rie sus propias gracias antes de saber si tienen gracia para los demás) Nuria levantó la mano para hacerle ver donde estaban, no era amiga de estos “tugurios”así los llamaba, decía que la música alta y las mareantes luces la ponían enferma, pero realmente si quería salir no tenía demasiadas opciones, porque sus gracias y refranes no solían caer bien. Ya le habían dicho alguna vez lo de mujer refranera mujer puñetera. Se sentó, junto a Nuria, Adela hablaba con un joven en la barra, que sin ser guapo era interesante. Ufff dijo Lola, de mejor paja he hecho yo estiercol, Nuria la miró incrédula, Santo Tomas una y no más. Como no era la típica discoteca de jovenzuelos no era demasiado ruidosa, no habia discos de musica tecno, bajo la intensidad de la luz, las rotatorias se hicieron más lentas, empezaban las baladas, hacía tiempo que no entraba en un local donde aún pusieran música lenta para bailar, ¡¡que aburrimiento!!. Un chaval, mozo, hombre, que no habría cumplido los cuarenta se acercó a su mesa y con un gesto simpático le hizo casi una reverencia, ¿bailas?... lo miró casi con desprecio, no era guapo, más bien de esos feos atractivos, quizás por sus formas, por su gracia o simpatía
     _ No está hecha la miel para la boca del asno, contestó
El chico, chaval, mozo, hombre, deshizo la simpática reverencia y respondió
     _ Oye, oye, que te he dicho que si bailas, no que si me la chupas.
En esta ocasión ella no dijo la última palabra.






Más Jueves Refranero con café griego en casa de VERÓNICA