miércoles, 25 de enero de 2012

Aquelarre en este jueves un relato

 No se juega con las brujas

Marcos  se anudaba su corbata de cachemira de alegres colores con doble nudo, bajaba el impecable cuello de su camisa y ajustaba el nudo al cuello. Esa reunión mensual de los directivos, lo tenía un poco abstraído. Selena en la cocina se preparaba un poleo menta, una infusión antes de acostarse le ayudaba a conciliar el sueño, la besó fugazmente sin apenas rozarle los labios y tomó las llaves del coche del mueble de la entrada al tiempo que decía  _Acuéstate pronto cariño, procuraré no hacer ruido al llegar… _Ten cuidado Marcos, que siempre bebéis de más, en ese caso toma un taxi.
La puerta se cerró tras él, en el espejo del ascensor, camino del garaje, se atusó el pelo, con cuarenta y cinco años no presentaba síntomas de calvicie, al menos de forma inminente, pero sus sienes casi plateadas le daban un aspecto interesante, había comprobado en esas escapadas mensuales, que despertaba el interés de las mujeres más aún que cuando era más joven. Esa sensación le aportaba cuando menos seguridad, ni que decir tiene que era apuesto y lo sabía.
Luna cepillaba su larga melena, aquellos pendientes de topacio azul hacían resaltar aun más el color de sus ojos, dejó volar su melena con un estudiado movimiento de la cabeza. Era bella, inmensamente bella, aquel ceñido corpiño negro resaltaba sus delicadas curvas y realzaba la exquisitez de sus senos firmes, separados por “el camino a la perdición” así lo había llamado Marcos hacía dos meses. Cuando se conocieron.
Su deportivo negro salió de la ciudad y enfiló la carretera que subía la ladera de la montaña, la carretera carecía de iluminación pero la luna llena de aquella noche,  dejaba apreciar alguna de las casas de piedra de aquella montaña que parecían encontrarse en caminos perdidos e infranqueables.
Dos o tres miradores repartidos en la larga carretera de ascenso permitían ver la ciudad que dormía bajo el neón, y que sin embargo parecía tan despierta. Disminuyó la velocidad al ver en el segundo mirador el 4x4 de Marcos con las luces de posición, ya estaba allí, ella sabía que lo tenía impaciente y le gustaba hacerse esperar, estaría enfadado, más de media hora de espera pero sabía que lo tenía bien enganchado y no se iría. Era su tercera cita y ya no podía escapar. Paro al otro lado de la carretera y metió su coche entre la maleza hasta dejarlo casi absolutamente escondido, bajó miro a ambos lados y cruzó, Marcos la había visto llegar pero seguía mirando la ciudad como hipnotizado, quizás un poco molesto por la espera. Por detrás se agarro a su cintura y ronroneando como una gata consiguió que Marcos girara sobre si para tenerla de frente, voluptuosa, sensual y felina. Todo cuanto le iba a recriminar por la espera desapareció de su mente y la besó apasionadamente, mordió sus carnosos labios, lamió su cuello, hacía tiempo que decía no sentirse tan embriagado. Lo condujo hasta el coche, el suyo había quedado bien escondido. Le había dicho que lo llevaría a un escondite secreto, la casa de la montaña que pertenecía a la familia y que estaba hace tiempo deshabitada, podría ser un lugar maravilloso para sus encuentros que prometían ser cada vez más frecuentes. Le indicó que tras la siguiente curva tenía que coger el camino a la derecha, Marcos emocionado y excitado tomó con rapidez la curva, en su mente iba despojándola de su chaquetón, de su corpiño de todo aquello no comestible que cubriera su cuerpo.
La inmensa casona era casi invisible, la espesa vegetación de la zona sumada a las traviesas hiedras trepadoras habían conseguido ocultarla casi por completo. Lo arrastró de la mano, la puerta chirrió al girar el pomo oxidado, Marcos le ayudó a empujar la puerta. Olía a resina, a Marcos le llamó la atención la pulcritud de la estancia, Luna lo había preparado todo para el encuentro, la chimenea emitía chasquidos, un tronco dejaba caer su peso sobre otro ya requemado y algunas chispas traviesas jugaban en el aire al son de un crepitar. Dejaron caer sus abrigos sobre el vetusto sillón y tomaron ambas copas que Luna saco con cuidado de la licorera…en una de ellas…un polvo rosado casi invisible sobre el cual vertió el vino y se la tendió a Marcos que bebió y paladeo gustoso. Luna hizo lo mismo con la suya, empujo a Marcos sobre los abrigos que descansaban en el sillón sacándole al mismo tiempo el nudo de la corbata.
Cuando Marcos se despertó, el olor acre, mezclado con azufre le hizo esbozar una arcada, sentía un tremendo malestar y sus ojos no alcanzaban la nitidez, no podía moverse, sintió que estaba desnudo, sujeto, varias antorchas rodeaban una estancia en la cual no había estado nunca, mujeres con tules negros transparentes que cubrían su cuerpo desnudo, escuchaba una oración que era respondida al unísono por todas aquellas mujeres, algo decían de un pentagrama, de consagrar el pentagrama con los cuatro elementos recitando los exorcismos de el agua, el fuego, el aire y la tierra. El pentagrama con dos rayos inferiores hacia arriba, parece que le hicieran una ofrenda, aclaman al maléfico. Marcos cerró los ojos y sacudió la cabeza como si quisiera despertar de una pesadilla, no lo consiguió. Vio a Luna y a otra mujer que se le acercaban, iban como escoltando a una tercera que llevaba algo entre sus manos, entonces pudo verla, era Selena, su mujer, estaba demasiado asustado para plantearse el daño que le habría hecho engañándola desde hacía años, la llamó la gritó pero sus gritos quedaban ahogados por lo que parecía una oración al unísono 30, 40 mujeres, Selena se acercó aún más, le ungió con lo que llevaba entre las manos un aceite de cinco perfumes, incienso, mirra, aloe, azufre y alcanfor, sonrió y le dijo “el humo te purificará” se miró los pies y se hallaba sobre una pira, el pánico apagó de pronto su voz. La luna, redonda,entera y anaranjada brillaba en lo más alto.
Selena, con su pelo cogido en una pinza, unos vaqueros y la misma camiseta con la que había dormido bajo la gabardina color camel denunciaba en la comisaria a dos manzanas de casa, que su marido no había regresado.


Por lógica los demás hechizos y pócimas en la cueva de Inma Brujis

jueves, 19 de enero de 2012

Desde el corazón Este JUEVES un relato.


 Emociones, que te hacen llorar, que te hacen reír, llorar porque se te rompe al alma, llorar de alegría y emoción, reír porque…simplemente eres feliz.
  Abrir el cajón de los truenos, quiero salirme por la tangente en esta convocatoria y…no seré la única me temo, le doy vueltas, pongo mi corazón sobre la mesa, me mira con ojitos burlones y… ¿ahora qué? Paso el dedo por una hendidura de aurícula izquierda a ventrículo derecho, es profunda pero no sangra, él se retrae y entorna sus ojillos, .- ¿quieres que hablemos de ello?  .-
.- No, Ya no duele,  son cicatrices de heridas que te rompen en pedazos pero cuando logras sobreponerte, sabes que eres más fuerte. ._¿Y ésta? Le pregunto señalando otra menos larga pero también profunda,  .-Ufffff esa aún es más antigua, ha marcado nuestras vidas desde los 16 y me acompañará siempre. Las cicatrices se quedan ahí para recordarnos que somos vulnerables, que podemos rompernos fácilmente.  Poso la mano sobre él y está húmedo y caliente, bombea con fuerza (por suerte) noto algunas más, una de ellas esta húmeda me miro los dedos los siento pegajosos, parecen haberse teñido con el color púrpura de la sangre.-¿estás herido? , -Sí, es por Marta, por Marta del Castillo y su familia, ayer sentí una puñalada al escuchar la sentencia, a ti te duele a mi me hiere, tú sientes rabia, yo taquicardia ante las injusticias y sangro ¡¡me enciendo!! Hay muchas cicatrices, guerras, hambruna, las que deja la pérdida de un ser querido. ¿No te has fijado que hay más de las otras?, tienen otro colorido y rezuman melaza, esa melaza hace muchas veces de bálsamo para paliar el dolor de las otras que nunca llegan a desaparecer pero dejan de doler. Mira toca aquí, es menos azulada y la humedad que rezuma es de color ámbar, ¿ves? y otra y otra y más, por suerte esas abundan, son las cosas buenas que te emocionan y de esas tienes un montón, son las que te hacen despertarte con una sonrisa, también quedarán ahí siempre.
Permanezco callada, ”ojiplática”* es verdad al observarlo veo que son muchas, muchas pequeñas señales que lo llenan todo y cada una tiene su razón de ser, entre ellas está el amor de mi vida, el nacimiento de mis dos hijos, la graduación de Laura, la llegada de mi perra a casa, el nacimiento de mi otra perra, algunos momentos especiales con mis amigos. Entre las que parecen más recientes está el Km0, Malvarrosa, la reunión familiar de Navidad, todas ellas rezuman de esa melaza dulce.
Hay algunas que son más pequeñas….-¿y estas? _Le pregunto poniendo un dedo sobre una que parece estar formándose. .-Esas son proyectos que te emocionan, momentos aun por vivir pero la emoción del proyecto se está formando y ya te hacen feliz, “Encuentro en Córdoba” “El viaje a Poitiers al concurso mundial del bóxer con uno de tus cachorros”…hay tantos proyectos que te hacen feliz aunque haya alguien que diga que se acaba el mundo en diciembre…y hay sitio para mucho más, para que sigas siendo feliz y sigas soñando…                                                                 

Abro los ojos, la tele esta puesta, no sé si es la película que empecé a ver…parece que no, me he quedado dormida, sobre la mesa…bueno no…sobre mi brazo, jajaja tiene una pequeña mancha de humedad el jersey, se me ha caído la baba.
Enciendo el ordenador, es miércoles, tendré que escribir el relato del jueves y…no se me ocurre nada.

* Ojiplática =séase ojos de plato


Ainnnnnssssss que con tanto programar esto para que salga a su hora se me olvidaba decir que desde el corazon teneis mas historias en "lugar de encuentro" de la mano de María José

jueves, 12 de enero de 2012

Profecias del fin del mundo
Este jueves un relato




No me gusta este mundo  en el que vivo, no me gusta encender la televisión y ver que siempre son los mismos los que pasan hambre, que el dinero no cambia de manos, corrupción, cataclismos, tsunamis, injusticias, crímenes, maltratos, desapariciones, hambre, miseria, guerras, revueltas, prefiero meterme en mi cascarón cálido, bajo mi edredón de pluma y pensar que puedo elegir entre varias cosas para cenar a pesar de la crisis, abrazar a mi chico y decirle que le quiero cualquier día, en cualquier momento sin tener que esperar al último día de mi…nuestra existencia para decírselo, ver una peli o hacer el amor o echar un polvo, (son cosas distintas) pero ambas buenas. Mis hijos no han salido, puedo echar la llave y dormir tranquila. Aquí me siento segura, mi mundo está en orden, miro un poco más allá y veo a mi gente, mi madre se habrá dormido viendo la tele pero a estas horas cualquiera la llama para decirle que se vaya a la cama ¡¡menudo susto la pobre!! mis hermanos…supongo que bien, no hablamos todos los días. Mis amigos creo que bien, sus hijos bien, mis perras…roncando. Todo parece estar en orden en mi mundo.

Escucho las últimas noticias, Cuarto Milenio hablará sobre el fin del mundo en “la Cuatro” pero me dormiré antes, no puedo menos que relacionar las últimas noticias con el fin del mundo, este mundo, este planeta nuestro que está “quemao”, un día, se sacudirá como un perro se sacude las pulgas, y nos iremos todos a tomar viento, dará igual que sea porque se haya ido a tomar por saco la capa de ozono en cuya destrucción hemos participado todos y nos friamos, o nos saldrá un sarpullido como un cáncer exterminador debido a la contaminación a la cual también contribuimos, la manipulación genética, algún destructor histórico hecho en serie por medio de la clonación, ¿¿será quizás como dijeron los Mayas “viajeros en el tiempo” el 21 de Diciembre del 2012?? día en el que se alinearan los planetas y cambiará el eje de la tierra, se derretirán los polos, los tsunamis sumergirán los continentes, si alguien sobrevive formará parte de la nueva era.


Quizás la nueva era ha comenzado, ya que si nos basamos en el calendario Maya o “Tzolkin”, para que las vueltas al calendario Maya sean completas, el final de nuestra era ya fué el 28 de Octubre del 2011 y hemos sobrevivido, unos mejor que otros pero al menos los que estamos hoy aquí hemos sobrevivido.

Estoy pensando…seguir sin dejar de fumar hasta el 21 de diciembre por si acaso, y si no pasa nada…entonces lo dejo...y...la dieta también la empezaré entonces .                                                                                  CALENDARIO MAYA







  Vamos a buscar distintas hecatombes, cataclismos y apocalipsis en el blog de San

miércoles, 4 de enero de 2012

Cinco de Enero de cualquier año



"Queridos Reyes Magos”
Así comenzaban mis sueños hace ya tanto tiempo…queridos Reyes Magos, en la mente de niña que no entendía porque los reyes no llegaban a todos los sitios, pero que nunca quería despejar esa incógnita porque al menos a mi casa llegaban, en ocasiones se confundían y no traían todo lo que pedíamos cada uno de los cinco hermanos pero llegaban, pero también me traían cosas que no había pedido, un pijama nuevo, calcetines, siempre una caja de lápices de colores Alpino ¡¡de 24!! y cuadernos para colorear, algunos años y lo que ya era un lujo eran los estuches con rotuladores, lápices de colores, regla, escuadra, cartabón, uffff, siempre recordaré aquel olor de los lapiceros, tantos colores, todos con la punta afilada, el olor de la goma nueva en la cara de los muñecos… mi abuela hacía chocolate para desayunar roscón. Mientras en el pasillo se desarrollaba una verdadera batalla campal de envoltorios, risas y zapatos ya descolocados cada uno por un lado y algún que otro lloro, que si no me han traído esto, que si esto lo había pedido yo.
Un día (no muy tarde) se destapó la caja de los sueños y todas mis preguntas obtuvieron respuesta. No fue ni bueno, ni malo, ni peor, ni mucho menos un trauma como a veces he llegado a oír. Era la mayor de los cinco y la magia de esa noche la viví aún mucho tiempo e incluso hice de “paje” de mis mágicos padres, que hacían un esfuerzo para que recordáramos aquella noche durante todo el año.
El tiempo y las circunstancias me convirtieron en Rey Mago, traté de que fuera para mis hijos esa noche mágica que casi vivíamos nosotros con más ilusión que ellos, muertos de sueño esperando que por fin se durmieran y en ligero dormitar por si los escuchaba levantarse ¡¡nunca quisimos perdernos sus caras!! ni el brillo de aquellos ingenuos ojos al descubrir los regalos.
Hoy ellos, también hacen de Magos con nosotros, hasta que el tiempo…(y no tengo prisa) nos haga abuelos para volver a saborear la magia, porque la magia de los Reyes, está en la sonrisa de los niños.

Esto me recuerda a un cuento, un cuento en el que Cristina quería saber si era verdad lo que había escuchado en el colegio a cerca de los Magos de Oriente



Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero… que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que… -titubeó Cristina
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos … pero…
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen – respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina .
- Entonces no lo entiendo. papá.
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha
llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba
con la mano el asiento a su lado.
Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
-Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No
seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en
el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos,
ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental – asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más
entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los
regalos que deseen. También ordenó que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños
harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.